sábado, 8 de noviembre de 2014

Ataques aéreos de EEUU impactan a caravana de Estado Islámico en Irak

BAGDAD/WASHINGTON (Reuters) - Ataques aéreos de Estados Unidos destruyeron una caravana de Estado Islámico cerca de la ciudad iraquí de Mosul, pero funcionarios estadounidenses dijeron el sábado que no está claro si el principal comandante del grupo, Abu Bakr al-Baghdadi, iba a bordo de alguno de los 10 vehículos alcanzados.

El coronel Patrick Ryder, portavoz del comando central, afirmó que los militares estadounidenses tienen motivos para creer que en la caravana viajaban líderes de Estado Islámico, un grupo escindido de al Qaeda que controla grandes territorios en Irak y Siria.

"Puedo confirmar que aviones de la coalición realizaron una serie de ataques aéreos ayer por la noche en Irak contra lo que fue evaluado como una reunión de líderes de ISIL cerca de Mosul", comentó Ryder, que usó un acrónimo para Estado Islámico.

"No podemos confirmar si el líder de ISIL, Abu Bakr al-Baghdadi, se encontraba entre ellos", agregó.

Un funcionario de la morgue de Mosul dijo que después del ataque aéreo fueron llevados al lugar 50 cuerpos de militantes de Estado Islámico.

Más temprano el sábado, el canal de televisión Al-Hadath dijo que ataques aéreos liderados por Estados Unidos tuvieron como blanco una reunión de líderes de Estado Islámico en Irak, en una ciudad cercana a la frontera con Siria, y donde probablemente también se encontraba Baghdadi.

Funcionarios de seguridad iraquíes no estaban inmediatamente disponibles para comentar sobre el reporte de la estación, pero dos testigos dijeron a Reuters que un ataque aéreo tuvo como objetivo una casa donde se reunían altos miembros de Estado Islámico, cerca de la ciudad fronteriza iraquí de al-Qaim.

Al-Hadath afirmó que decenas de personas murieron y resultaron heridas en el ataque en al-Qaim y que la suerte de Baghdadi era incierta.

COCHES BOMBA

El esfuerzo por parte de Estado Islámico, un grupo islámico suní de línea dura, por formar un califato en Siria e Irak ha ayudado a un retorno de la violencia en Irak como durante los momentos más álgidos de su guerra civil de 2006 y 2007.

El sábado por la noche, un coche bomba mató a ocho personas en Sadr City, de mayoría chií, dijeron fuentes médicas y policiales, lo que elevó a 28 la cifra de muertos del día en ataques bomba en la capital iraquí y en la ciudad occidental de Ramadi.

En ataques separados, dos bombas explotaron en el distrito de Amil, de mayoría chií, de Bagdad, dijo una fuente policial.

"Un conductor detuvo su coche, fue a un puesto de cigarrillos y después desapareció. Entonces su vehículo explotó, matando a los transeúntes", dijo la fuente policial, al describir uno de los ataques.

En el área de al-Amin, mayormente chií, de Bagdad, otro coche bomba mató a ocho personas, dijeron fuentes médicas.

El atentado de un atacante suicida en un puesto de control en Ramadi, en la occidental provincia de Anbar, causó la muerte de cinco soldados.

"Antes de la explosión, el puesto de control fue blanco de varios ataques con mortero. Luego se produjo el ataque suicida con bomba", dijo una fuente policial.

"Algunas tropas llegaron a escena. Fueron atacadas con morteros. Se produjo una confrontación durante una hora", agregó.

Nadie asumió inmediatamente la responsabilidad del atentado.

En Baquba, a 65 kilómetros al noreste de Bagdad, un hombre armado mató a un miliciano chií, mientras que un coche bomba dirigido contra un funcionario de la policía mató a su hijo de 10 años, indicaron fuentes de seguridad.

Funcionarios iraquíes y occidentales dijeron que los ataques aéreos liderados por Estados Unidos no son suficientes para derrotar a la filial de al Qaeda y que Irak debe mejorar el desempeño de su Ejército y sus fuerzas de seguridad para eliminar la amenaza del grupo, que quiere redibujar el mapa de Oriente Medio.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, autorizó el despliegue de hasta 1.500 efectivos militares adicionales en Irak para entrenar y asesorar a sus fuerzas y a los combatientes kurdos en su lucha contra Estado Islámico.

Estados Unidos gastó 25.000 millones de dólares en el Ejército iraquí durante la ocupación estadounidense que derrocó al dictador Saddam Hussein en el 2003, lo que dio pie a una insurgencia que incluyó a al Qaeda.

Washington quiere que el Gobierno iraquí liderado por chiíes reviva una alianza con tribus suníes en la provincia de Anbar que ayudó a las fuerzas estadounidenses a derrotar a al Qaeda.

Esa alianza enfrentaría a un enemigo más poderoso representado por Estado Islámico, que tiene mayor capacidad de fuerza militar y financiamiento.