lunes, 18 de abril de 2016

Rebeldes sirios declaran nueva batalla contra el Gobierno

Beirut/Ginebra, lunes 18 de abril, 2016 (Reuters). Grupos rebeldes anunciaron una nueva batalla contra las fuerzas del Gobierno sirio el lunes y la oposición armada acusó a Naciones Unidas de parcialidad, lo que pone aún más contra las cuerdas unas negociaciones de paz ya amenazadas por el incumplimiento del cese al fuego.

El coordinador de la oposición siria en la mesa de negociación en Ginebra dijo que era inaceptable que las conversaciones continúen si el Gobierno y sus aliados seguían sitiando y bombardeando áreas civiles, haciéndose eco de recientes críticas sobre amplios ataques oficiales.

Ambas partes se han acusado mutuamente de romper una tregua pautada el 27 de febrero, que no incluye a Estado Islámico o al Frente Nusra ligado a al Qaeda, lo que generó este mes una escalada de violencia cerca de la importante ciudad de Alepo.

El lunes, rebeldes lanzaron un ataque contra las fuerzas del Gobierno de Damasco en la provincia de Latakia, sobre la costa del Mediterráneo, y avanzaron al este en Hama, mientras se produjeron fuertes avances oficiales en la provincia de Homs.

Los grupos rebeldes habían anunciado más temprano una nueva batalla contra las fuerzas del Gobierno en respuesta a lo que calificaron como violaciones del cese al fuego.

Los ataques en Latakia y Hama parecían ser esa batalla, ya que algunos de los grupos que efectuaron el anuncio participaron en la ofensiva, señaló el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo que monitorea el conflicto. Una fuente militar siria confirmó intensos enfrentamientos en la zona.

"Hoy atacaron en varias áreas en el norte de Latakia, en violación del acuerdo de cese de las hostilidades, y también en el noroeste de Hama", dijo la fuente militar. El Observatorio reportó que en la provincia de Homs fuertes ataques aéreos del Gobierno causaron la muerte de al menos cuatro personas.

Las negociaciones de paz en Ginebra buscan terminar con una guerra que ya ha dejado más de 250,000 muertos, generó la peor crisis de refugiados del mundo y permitió que se instale con fuerza el grupo extremista Estado Islámico.