lunes, 18 de julio de 2016

Turquía amplía purga policial tras intento de golpe; Europa pide respeto a la ley


Estambul, 18 de julio, 2016 (Reuters). Turquía suspendió a miles de oficiales de policía el lunes, ampliando una purga de las fuerzas armadas y el poder judicial después de un fallido golpe de Estado, lo que redobló la preocupación entre aliados europeos de que incumpla la ley.

Un funcionario de seguridad de alto rango dijo a Reuters que 8,000 oficiales de policía en la capital Ankara y en la mayor ciudad del país Estambul habían sido removidos de sus cargos por sospechas de estar vinculados al intento de golpe de Estado del viernes por parte de una facción del Ejército.

Treinta gobernadores regionales y más de 50 funcionarios públicos de alto nivel también fueron despedidos, dijo CNN Turk.

Miles de miembros de las Fuerzas Armadas, desde soldados hasta comandantes, fueron detenidos el domingo, algunos de los cuales aparecieron en fotografías sin ropa interior y esposados en el piso de autobuses policiales y en estadios deportivos. Varios miles de fiscales y jueces también fueron removidos de sus puestos.

Más de 290 personas murieron y alrededor de 1,400 resultaron heridas en los hechos violentos del viernes en la noche, cuando soldados incautaron tanques, helicópteros de combate y aviones de combate en un intento de tomar el poder, atacando el Parlamento y la sede central de inteligencia e intentando tomar el principal aeropuerto y puentes en Estambul.

El presidente Tayyip Erdogan dijo el domingo a una multitud, convocada a las calles por el gobierno y por mezquitas en todo el país, que el Parlamento debe considerar sus demandas de aplicar la pena de muerte a los autores del complot.

"No podemos ignorar esta demanda", dijo a una multitud afuera de su casa en Estambul a última hora del domingo. "En las democracias, lo que el pueblo dice debe ocurrir", agregó.

También instó a los turcos a permanecer en las calles y a última hora del domingo por la noche sus seguidores permanecieron en plazas y avenidas de la ciudad, haciendo sonar bocinas y ondeando banderas.

El baño de sangre movilizó a una nación de casi 80 millones de habitantes, donde el Ejército usó la fuerza por última vez para realizar un golpe de Estado hace más de 30 años, y destrozó la frágil confianza en la estabilidad del miembro de la OTAN, ya afectado por ataques suicidas de Estado Islámico y una insurgencia de militantes kurdos.

La jefa de política exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, advirtió el lunes al Gobierno turco que no tome medidas que puedan dañar el orden constitucional.

"Fuimos los primeros (...) durante esa noche trágica en decir que las instituciones legítimas debían ser protegidas", dijo Mogherini a periodistas al llegar a una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la UE, a la que también asistió el secretario de Estado estadounidense, John Kerry.

"Hoy decimos que la ley debe ser protegida en el país. No hay excusa para ninguna medida que aleje al país de ellas", agregó en declaraciones en Bruselas.

El partido opositor pro-kurdo de Turquía HDP, la tercera fuerza en el Parlamento, dijo que no apoyará una propuesta del Gobierno para reintroducir la pena de muerte. La principal agrupación opositora CHP dijo que la respuesta al intento de golpe debe estar dentro de la ley y que los culpables deben ser enjuiciados.