jueves, 15 de junio de 2017

Cámara baja del congreso de EEUU muestra unidad tras atentado

WASHINGTON (AP) — El presidente Donald Trump hizo el miércoles un llamado a los estadounidenses a dejar a un lado las diferencias. Una de las legisladoras más críticas del mandatario oró por él y por la seguridad de su familia.

Durante una tarde, Washington pareció ser empujado de vuelta a una ya perdida era de solidaridad en tiempos de agobio. No obstante, parece ingenuo pensar que durará.

El impactante ataque a balazos del miércoles contra un legislador de la Cámara de Representantes federal durante una práctica de béisbol borró la profunda polarización en la capital de la nación, pero también sirvió como recordatorio de que tales momentos tienden a ser fugaces.

Después de incidentes mucho más letales, y a veces en momentos con menos división, el momento de unidad inevitablemente se desvanece, y es reemplazado por la típica lucha interna de la capital y por ataques personales.

Ese fue el caso después de la horrible masacre de 20 niños de una escuela primaria en 2012. Y después del ataque de 2011 contra la legisladora Gabrielle Giffords, quien estaba realizando un evento con votantes en el estacionamiento de un supermercado cuando un hombre disparó y ocasionó la muerte de seis personas.

La nación estaba dividida entonces también, luchando aún para recuperarse de una crisis económica devastadora que exacerbó la brecha entre ricos y pobres, y en medio de la lucha política sobre la reforma de salud. Mark Kimble, quien trabajaba para Giffords entonces, dijo que durante un período “que ahora parece demasiado breve, hubo una cantidad increíble de unidad en todas las líneas partidistas”.

“Si esto transcurre de la manera que ocurrió después de que Gabby fue baleada, pienso que durará durante algún tiempo, pero no creo que haya ninguna transformación sustancial y notable en la forma como opera Washington”, señaló Kimble.

Los llamados al cambio fueron frecuentes el miércoles.

Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, instó a sus colegas “a unirse para fortalecerse unos a otros y para mostrar al país, mostrar al mundo, que somos una Cámara de Representantes, la cámara del pueblo, unida”.

Nancy Pelosi, líder de la minoría, condenó la violencia y la calificó como “una herida en la familia”. Ofreció sus oraciones por Trump y por la familia de él.

Pero la respuesta a qué tanto tiempo puede Washington abrazar este momento de unidad puede bien depender de Trump, una de las figuras más divisivas en la historia política estadounidense reciente.

Trump, en declaraciones breves desde el Salón de Diplomacia de la Casa Blanca, fue mesurado y se apegó al texto. No mencionó el hecho de que el atacante tenía antecedentes de agredir verbalmente a republicanos.

“Podemos tener nuestras diferencias, pero en momentos como este hacemos bien en recordar que todos los que prestan servicio en la capital de nuestra nación están aquí, sobre todo, porque aman a nuestro país”, dijo. “Todos podemos estar de acuerdo en que somos bendecidos de ser estadounidenses, que nuestros hijos merecen crecer en una nación de seguridad y paz, y que somos más fuertes cuando estamos unidos”.