sábado, 25 de noviembre de 2017

Ejercito egipcio toma revancha tras ataque a mezquita y bombardea posiciones de extremistas

CAIRO (Reuters) - El ejército egipcio dijo el sábado que había llevado a cabo ataques aéreos y redadas durante la noche contra los extremistas responsables de matar a más 300 fieles en una mezquita en el norte del Sinaí.

El ataque más sangriento en la historia moderna de Egipto, en el que extremistas dispararon contra los fieles, fue condenado por líderes internacionales de Washington a Moscú y el presidente Abdel Fattah al-Sisi declaró tres días de luto en un país impactado.

Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad, pero las fuerzas egipcias están luchando contra una tenaz filial de Estado Islámico en la región, una de las pocas ramas supervivientes del grupo extremista tras las derrotas ante fuerzas estadounidenses en Irak y Siria.

“Las fuerzas aéreas han eliminado en las últimas horas una serie de puestos fronterizos utilizados por elementos terroristas”, dijo el ejército.

Testigos dijeron que personas armadas lanzaron una bomba al final de las oraciones del viernes en la mezquita de Al Rawdah en Bir al-Abed, al oeste de la ciudad de El-Arish, y luego abrieron fuego mientras los fieles trataban de huir, disparando contra ambulancias y prendiendo fuego a automóviles para bloquear las carreteras.

Imágenes en medios estatales mostraron víctimas y cuerpos ensangrentados cubiertos con mantas dentro de la mezquita.

Atacar una mezquita supondría un cambio de táctica de los extremistas en la Península del Sinaí, que anteriormente habían atacado a tropas y policía y, más recientemente, trataron de extender la insurgencia atacando a iglesias y peregrinos cristianos.

El elevado número de muertos en el ataque de Sinaí, 305 según dijo el sábado la agencia estatal Mena, y el hecho de que el objetivo fuese una mezquita ha dejado perplejos a unos egipcios que han sufrido inestabilidad desde el levantamiento que en 2011 derrocó a Hosni Mubarak y las protestas que se sucedieron durante años.

“Que las almas de todos los que han muerto descansen en paz, musulmanes y cristianos por igual ... esta gente no tiene religión”, dijo Abdullah, un desempleado en el centro de El Cairo, refiriéndose a los atacantes. “Cada dos días alguien muere, cada dos días se bombardea una iglesia ... ¿dónde está la seguridad?”.