domingo, 16 de diciembre de 2018

Gobierno británico niega segundo referéndum

BRUSELAS (Reuters) - El ministro de educación británico, Damian Hinds, dijo el domingo que el Gobierno no estaba preparando un segundo referéndum, negando informaciones de medios según las cuales los ministros pretendían convocar una consulta popular para romper el estancamiento en el proceso del Brexit.

Al preguntársele si el Gobierno se estaba preparando para una votación, Hinds dijo a Sky News: “No, un segundo referéndum sería un factor de división. Hemos tenido el voto del pueblo, hemos tenido el referéndum y ahora tenemos que continuar con su implementación.”

Hinds describió el acuerdo de la primera ministra Theresa May para dejar la Unión Europea como un proyecto “equilibrado” que los parlamentarios deberían apoyar.

May aplazó una votación prevista para el martes pasado sobre su acuerdo para el Brexit después de reconocer que sufriría una dura derrota, especialmente por las preocupaciones sobre la “salvaguarda” (“backstop” en inglés) del acuerdo de divorcio, una red de seguridad diseñada para evitar una frontera terrestre rígida en la isla de Irlanda, pero que según sus detractores podría vincular a Reino Unido con las normas de la UE por tiempo indefinido.

Tras una cumbre en Bruselas el viernes, May dijo que era posible que la UE pudiera dar más garantías de que la salvaguarda sería temporal, aunque los otros 27 líderes del bloque le dijeron que no volverían a negociar el tratado.

El domingo el coordinador electoral Andrew Gwynne de la principal formación de la oposición en Reino Unido, el Partido Laborista, dijo que harán todo lo posible para obligar al Gobierno a someter a votación del Parlamento el acuerdo del Brexit de la primera ministra Theresa May en la semana que está a punto de comenzar.

Gwynne dijo al programa de Andrew Marr en la BBC: “Usaremos los mecanismos que tenemos a nuestra disposición la próxima semana para tratar de obligar al Gobierno a llevar ese acuerdo a una votación antes de Navidad”.

No obstante, Gwynne no ofreció detalles sobre cómo obligaría el Partido Laborista al Gobierno a convocar la votación. Reuters