Faluya, Irak, 1 de junio, 2016 (Reuters). Irak postergó su ataque sobre Faluya para proteger a los civiles, dijo el miércoles el primer ministro Haider al-Abadi, mientras sus fuerzas se detuvieron en los límites de la ciudad ante la feroz resistencia de combatientes del Estado Islámico.
La decisión de Abadi de detener el avance, dos días después de que tropas de elite iraquíes llegaron al sur de la ciudad, pospuso lo que se esperaba fuera una de las batallas más grandes jamás combatidas contra el grupo extremista.
El Gobierno, respaldado por potencias mundiales como Estados Unidos e Irán, ha prometido recuperar la mayor ciudad iraquí, que cayó en manos del grupo en 2014.
"Habría sido posible terminar la batalla rápido si proteger a los civiles no estuviera entre nuestras prioridades", dijo Abadi a comandantes militares en la sala de operaciones cerca de la línea del frente en imágenes emitidas por la televisión estatal.
"Gracias a Dios nuestras unidades están en las afueras de Faluya y la victoria está dentro de nuestro alcance", agregó.
Faluya ha sido un bastión de la insurgencia suní que luchó tanto contra la ocupación estadounidense de Irak como contra el Gobierno de Bagdad liderado por chiíes. Los combatientes de Estado Islámico izaron allí su bandera en 2014 antes de arrasar con gran parte del norte y oeste de Irak.
Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) advirtió el miércoles que miles de niños enfrentan una situación de violencia extrema en Faluya y que las reservas de alimentos en la asediada ciudad están mermando.
Al menos 20,000 niños permanecen dentro del bastión de Estado Islámico cercano a Bagdad y corren el riesgo de ser reclutados por la fuerza para combatir y de ser separados de sus familias.