
Los últimos sucesos en la capital de Estados Unidos han dejado a muchos estadounidenses con la sensación de que viven en una infinita montaña rusa política.
Menos de una semana después de que los republicanos de la Cámara de Representantes votaran a favor de desmantelar la emblemática reforma sanitaria de Barack Obama, el presidente, Donald Trump, despidió de improviso al director del FBI, James Comey.
Después, el miércoles, Trump se reunió con el principal diplomático ruso en medio de varias investigaciones del FBI y el Congreso sobre las interferencias rusas en las elecciones presidenciales del año pasado y los posibles contactos entre la campaña de Trump y Moscú.