
WASHINGTON (AP) — Estará prohibido hablar con la persona de al lado, usar el teléfono celular o salir del recinto.
Esas son las reglas del Senado durante el juicio político al presidente Donald Trump. El proceso comenzará con una antigua frase procedimental: “A todos los presentes se les ordena mantener silencio, so pena de encarcelamiento”. Seguidamente, los 100 senadores tendrán que sentarse en sus escritorios durante horas para escuchar a la parte acusatoria, a los abogados de Trump y posiblemente a varios testigos.
Fue en 1868 la primera vez que se usó esa proclama, en el juicio al presidente Andrew Johnson, pero obviamente en ese entonces los legisladores no podrían imaginarse el frenético pulso de la era moderna. El vertiginoso ritmo de la política actual ni siquiera hubiese sido previsible en 1999, en el proceso contra Bill Clinton, cuando ni siquiera existían los smartphones.