
WASHINGTON (AP) — Las tensiones van en aumento, hay dedos apuntando a algunos nombres y la búsqueda de soluciones es cada vez más difícil.
Abrumado por una ola migratoria en la frontera de Estados Unidos que está sobrecargando el sistema, el presidente Donald Trump se aferra a cualquier cosa para contener la marea.
Trump, que durante su campaña prometió reforzar la seguridad en la frontera, ha descartado casi todas las opciones que sus asesores han logrado plantear para solventar el problema, en vano. El dirigente movilizó al ejército, firmó una declaración de emergencia para financiar un muro fronterizo y amenazó con sellar por completo la frontera sur. Y el jueves sumó una nueva amenaza: aranceles más altos a los autos fabricados en México si el país vecino no acata sus demandas.