LOS EBANOS, Texas, EE.UU. (AP) -- Olvídese de la gran muralla de Donald Trump. Los residentes del pujante y fértil valle del río Bravo, donde la frontera sur de Estados Unidos se encuentra con el golfo de México, creen que un "muro virtual" con tecnología de vigilancia tendría mucho más sentido. Es un sistema que ya se utiliza y está en expansión.
Levantar una barrera de concreto de 12 metros (40 pies) de alto en los 3.180 kilómetros (1.954 millas) de frontera con México, como prometió Trump en su campaña electoral, es un concepto que tropieza de lleno con varias realidades: la orografía del terreno, una fuerte resistencia local y dudas sobre quien asumirá el costo.