Teherán, 21 may (EFE).- Aunque las amenazas de Estados Unidos han subido de tono y se han producido incidentes en Oriente Medio de peligrosas consecuencias, el conflicto con Irán se mantiene por ahora en suspenso, pero también sin evidentes vías de solución.
La intención de Washington es tensar al máximo la cuerda para que Teherán acabe claudicando y aceptando unas negociaciones, una estrategia que se perfila errónea ya que las autoridades iraníes no están dispuestas a dialogar con una pistola en la cabeza ni se fían de que EEUU respete ningún compromiso.