
LONDRES (AP) — El primer ministro británico, Boris Johnson, se reunía el miércoles con líderes políticos en Irlanda del Norte, donde enfrenta un desafío doblemente difícil: restaurar el gobierno desmoronado en Belfast y encontrar una solución para la frontera irlandesa después del Brexit.
Los 1,8 millones de personas de Irlanda del Norte llevan dos años y medio sin un gobierno regional, desde que el acuerdo entre católicos y protestantes colapsó por un fallido proyecto de energía verde. La fractura no tardó en ampliarse para incluir otras cuestiones culturales y políticas que separan a los unionistas británicos de los nacionalistas irlandeses.