
En este proceso, "no ir hacia adelante es ir hacia atrás", proclamó el Rey, antes de añadir: "Europa debe reinventarse y el alma de esa nueva Europa debe reflejar el alma de sus ciudadanos; para ello puede contar con España".
"España -continuó- ya no es el país enfermo de Europa sino un motor económico", por ello, el Rey animó a los asistentes al Foro de Davos a invertir en una España competitiva que cumple la ley e instó a resolver las disputas políticas en Cataluña con el máximo respeto a la Constitución, que no es "un mero objeto decorativo", sino el pilar clave de la convivencia democrática.