EL PASO, Texas, EE.UU. (AP) — Con el objetivo de desempeñar el papel tradicional de sanador durante una tragedia nacional, el presidente Donald Trump visitó el miércoles dos ciudades que viven las secuelas de tiroteos que dejaron 31 muertos y decenas de heridos. Pero sus palabras divisivas lo preceden, y fue recibido con grandes manifestaciones.
El presidente y la primera dama Melania Trump viajaron a El Paso, Texas, por la tarde luego de visitar un hospital de Dayton, Ohio, donde muchas de las víctimas del ataque del domingo eran atendidas.
El mandatario estuvo fuera de la vista de los reporteros que viajaron con él, pero la secretaria de prensa de la Casa Blanca Stephanie Grisham señaló que la pareja presidencial se reunió con personal del hospital y socorristas, además de pasar tiempo con los sobrevivientes que resultaron heridos y sus familias.