Washington, 30 oct (EFE).- Paul Manafort, exjefe de campaña del ahora presidente, Donald Trump, sonrió. Lo hizo hoy durante su primera comparecencia ante la Justicia por cargos relacionados con la trama rusa y justo cuando una jueza acababa de imponerle una fianza de 10 millones de dólares.
Miró a uno de sus abogados y sonrió. En medio de la seriedad del momento, lució sus dientes, perfectamente alienados, en una sonrisa de película de Hollywood y en un intento quizás de asomar la cabeza, indemne, por encima de los 12 cargos que el fiscal especial Robert Mueller ha presentado en su contra.