WASHINGTON (AP) — Estados Unidos e Irán retrocedieron del borde de una posible guerra el miércoles, luego de que presidente Donald Trump anunció que no respondería militarmente después del bombardeo iraní a dos bases en Irak que albergan tropas estadounidenses.
En una alocución televisada desde la Casa Blanca, Trump parecía decidido a desescalar la crisis, la cual alcanzó un nuevo nivel después de que Estados Unidos ordenó la semana pasada el asesinato de un encumbrado general iraní en Bagdad.
En cambio, Trump dijo que aplicaría de inmediato nuevas sanciones económicas “hasta que Irán cambie su comportamiento”. El ataque iraní del martes fue el asalto más directo contra un objetivo estadounidense desde la toma de la embajada en Teherán en 1979.