
Irma, uno de los huracanes más poderosos registrados en el Atlántico, dejó 43 muertos a su violento paso por el Caribe y al menos otros 12 en Florida, Georgia y Carolina del Sur.
En el Cayo Islamorada, una de las tres islas a donde las autoridades permitieron el martes que los residentes regresaran, las paredes de aluminio de los remolques habían sido arrancadas por la tormenta, exponiendo camas y cocinas a la luz del sol.