
El año pasado, a los 31 años, Mohammed pasó a ser el príncipe heredero, que llegado el momento reemplazará a su octogenario padre, el rey Salman. Promovió el permiso para que las mujeres pudieran finalmente manejar automóviles, al tiempo que encarcelaba a activistas que defienden los derechos de la mujer. Alentó las inversiones, pero detuvo a empresarios, miembros de la realeza y a otras personas en una campaña contra la corrupción que pareció una advertencia a la elite saudí.