21 de diciembre, 2017 — La Asamblea General de las Naciones Unidas rechaza cualquier acción o decisión que altere el estado de la ciudad de Jerusalén.
En su voto esta mañana (con 128 a favor, 9 en contra y 35 abstenciones), los 193 países que conforman la asamblea han afirmado en una resolución que las medidas que cualquier país tome con respecto a la Ciudad Santa no tienen validez legal y ponen en riesgo la solución biestatal entre Israel y Palestina.
La resolución, de carácter no vinculante, insta a la negociación de las tensiones dentro del marco de las Naciones Unidas y pide a los Estados que no establezcan misiones diplomáticas en Jerusalén.
El voto de la Asamblea General, en sesión de emergencia, ocurre tres días después de que el Consejo de Seguridad no lograra aprobar un proyecto de resolución parecido al aprobado hoy, luego de que Estados Unidos usara su poder de veto.
El embajador de Yemen para la ONU, país que ha liderado la escritura de la resolución junto con Turquía, subrayó que establecer misiones diplomáticas en la Ciudad Santa “es una seria amenaza para la estabilidad de la paz en la región y en el mundo” e insistió en el derecho del Estado de Palestina de “ejercer su soberanía en los territorios ocupados ilegalmente” por Israel.
Secretario General: Negociaciones directas son esenciales
El Secretario General de la ONU declaró recientemente que la cuestión del estatus de Jerusalén debe ser resuelto por negociaciones directas entre israelíes y palestinos.
“Entiendo el profundo significado que Jerusalén tiene en el corazón de muchas personas. Lo ha tenido durante siglos y siempre lo tendrá”, afirmó el Secretario General.
Guterres fue contundente: “No existe ninguna alternativa a la solución de dos Estados. No hay ningún Plan B”.
“Solo a través de la realización de la visión de dos Estados viviendo juntos en paz, seguridad y reconocimiento mutuo, con Jerusalén como capital de Israel y Palestina y a través de negociaciones para solucionar de manera permanente las cuestiones de estatus final, podremos alcanzar las aspiraciones de los dos pueblos”, afirmó el Secretario General.
Perspectivas enfrentadas sobre la Ciudad Sagrada
El Ministro de Asuntos Exteriores del Estado de Palestina, Riyad al-Maliki, defendió que la decisión de los Estados Unidos de trasladar su embajada en Israel a Jerusalén “no impactará el estatus de la Ciudad Santa, pero sí afectará al estatus de los Estados Unidos como mediador de paz”. Según al-Maliki, los Estados Unidos “han fracasado en la prueba de Jerusalén, a pesar de las advertencias de todo el mundo”.
“El veto no nos parará. No seremos amenazados”, dijo al-Maliki, e insistió en que la cuestión palestina es responsabilidad de la comunidad internacional.
Por su parte, el representante de Israel ante la ONU, Danny Danon, defendió que su vínculo con Jerusalén es “irrompible”. “Ningún discurso vacío, ningún voto de la ONU nos expulsará nunca de Jerusalén”, dijo Danon.
El embajador israelí calificó la resolución de “fraude” y acusó a los países que votaran a favor de ser “manipulados” por Palestina. “Ninguna resolución puede reescribir la historia”, sentenció Danon.
Acusaciones económicas
La representante de los Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, defendió la decisión de su país de trasladar la embajada a la Ciudad Santa: “Es la decisión correcta y es lo que los americanos desean. La decisión no perjudica los esfuerzos de paz”.
Haley destacó que los Estados Unidos son quienes más dinero contribuyen a las Naciones Unidas, pero que la nación no se siente respetada. “Pagar por el privilegio de no ser respetado es un dudoso privilegio”, dijo la embajadora estadounidense, quien concluyó su discurso diciendo que los Estados Unidos recordarán este día como el día en que fueron “señalados” por la ONU y que lo tendrán en cuenta cuando los países vengan a pedirles más dinero.
El representante del Gobierno turco, otro de los países que han liderado la resolución, aseguró que la “obligación de hacer justicia” de la Asamblea General, más allá de las amenazas de algunos países, que Feridun Sinirlioglu tildó de “inaceptables”.
“No nos intimidarán. Puede que sean fuertes, pero no tienen razón”, declaró el embajador turco. ONU