MARIUPOL/DONETSK Ucrania (Reuters) - El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, visitó el lunes el puerto oriental de Mariupol y prometió una "victoria aplastante" sobre los rebeldes prorrusos congregados en las afueras de la ciudad si éstos intentan avanzar en una violación al cese al fuego.
"He ordenado (al Ejército) asegurar la defensa de Mariupol con obuses, lanzacohetes, tanques, armas antitanque y cobertura aérea", dijo Poroshenko a una audiencia formada por trabajadores del acero en el puerto del mar de Azov, cerca de la frontera rusa.
El cese al fuego, que entró en vigor el viernes por la noche, es parte de un plan de paz destinado a poner fin a cinco meses de conflicto en el este de Ucrania, que según dijo el lunes un enviado de derechos humanos de Naciones Unidas ha causado la muerte de más de 3.000 personas.
La crisis también ha provocado la peor confrontación entre Rusia y las potencias de Occidente desde la Guerra Fría.
La tregua se mantenía el lunes, aunque cada bando acusó al contrario de bombardeos esporádicos, incluyendo en Mariupol, una ciudad de alrededor de medio millón de habitantes, poco después de la llegada del presidente.
La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), que controla el cese al fuego, instó a las partes a buscar un "avance" político, a pesar de que sus posiciones sobre el este de Ucrania, donde está la mayor parte de la industria pesada del país, siguen muy alejadas.
Los rebeldes rechazan aceptar un gobierno de Kiev.
"Mariupol era, es y será ucraniana", declaró Poroshenko.
"El enemigo sufrirá una derrota aplastante", agregó el presidente, que accedió a la tregua y a un plan de paz más amplio después de que los rebeldes -que según Kiev cuentan con respaldo de Moscú- cedieran su avance en el campo de batalla.
Rusia niega estar involucrada en el conflicto.
En la tarde del lunes, Poroshenko habló por teléfono con su par ruso, Vladimir Putin. Los líderes discutieron "pasos que puedan facilitar una resolución pacífica al conflicto".
INESTABILIDAD
En los primeros días del levantamiento, los rebeldes tomaron el control parcial de Mariupol, ocupando edificios. Algunas oficinas fueron dañadas o quemadas. Desde que los separatistas fueron expulsados por fuerzas ucranianas, el sentimiento popular parece haberse inclinado más a favor del gobierno.
Algunos residentes construyeron una fortificación alrededor de la ciudad, cuyo puerto es vital para las exportaciones de acero de Ucrania, y establecieron una milicia. Las tiendas han reabierto y ahora se ven banderas de Ucrania.
Mariupol fue escenario de feroces enfrentamientos antes de que se declarara la tregua y también registró graves violaciones del acuerdo el sábado por la noche, cuando fuerzas del Gobierno reportaron un ataque de artillería por parte de los rebeldes.
Una mujer murió y otras cuatro personas resultaron heridas en los ataques.
Las ciudades de Donetsk y Luhansk, bastiones de la rebelión, siguen en manos rebeldes.
Poroshenko, que tuvo una cálida acogida en Mariupol, dijo que hasta el momento los rebeldes habían entregado unos 1.200 prisioneros de guerra bajo los términos de la tregua.
Sin embargo, la presidencia de la OSCE, en manos de Suiza, describió el alto el fuego como "inestable" y dijo que los próximos días serían cruciales.
Más temprano el lunes, el portavoz militar ucraniano Andriy Lysenko dijo en una rueda de prensa en Kiev que las fuerzas ucranianas estaban respetando la tregua y que solamente actuaban en defensa propia. Agregó que mantenían sus posiciones desde el viernes por la tarde.
Lysenko sostuvo que Ucrania no ha visto señales de movimientos de tropas rusas en la frontera en las últimas 24 horas.
Un reportero de Reuters escuchó nuevamente fuego de mortero cerca del aeropuerto al norte de Donetsk alrededor del mediodía del lunes.
En tanto, el primer ministro ruso, Dmitry Medvedev, dijo que Moscú respondería a nuevas sanciones por la crisis de Ucrania, posiblemente apuntando a los vuelos comerciales sobre Rusia, si las potencias de Occidente deciden presionar "con el uso de fuerza en las relaciones internacionales".
La Unión Europea ya acordó nuevas sanciones económicas contra Rusia, incluyendo penalizaciones contra la gigante petrolera Rosneft y el productor de gas Gazprom.