El presidente ucraniano, Petró Poroshenko, ha anunciado la liberación de 1.200 personas capturadas por los separatistas prorrusos, durante su visita a Mariúpol. Vital para las exportaciones de hierro de Ucrania, la ciudad portuaria es codiciada por los rebeldes para crear un corredor que comunique Rusia con la anexionada Crimea.
“Todo el mundo en Mariúpol y en el resto del país está esperando lo mismo. Estamos preparados para luchar y tenemos suficientes medios para defender la ciudad y el país, pero todo el mundo quiere la paz. Y es por ello por lo que tomé la decisión e inicié conversaciones con el presidente ruso Putin”, ha dicho Poroshenko.
El jefe de Estado ha abogado por la integridad territorial de Ucrania y ha prometido defender Mariúpol en caso de que fracase el alto el fuego alcanzado el viernes por Kiev y los separatistas en Minsk.
Tanto el mando militar ucraniano como los rebeldes han denunciado violaciones de la tregua. Los incidentes más graves han tenido lugar en Mariúpol. La OSCE ha admitido que no es optimista “en absoluto” sobre el alto el fuego que supervisa.