KIEV (Reuters) - Partidos pro occidentales dominarán el Parlamento de Ucrania después de que una elección otorgara al presidente Petro Poroshenko un mandato para poner fin a un conflicto separatista y conducir al país fuera de la órbita rusa, con la mirada puesta en Europa.
Poroshenko tenía previsto comenzar el lunes conversaciones de coalición, después de que sondeos a boca de urna y resultados parciales mostraron que la mayoría de los grupos que estaban demorando las reformas democráticas y legales demandadas por la Unión Europea habían quedado afuera del Parlamento el domingo.
De todos modos, aún enfrenta grandes problemas: Rusia está resistiendo medidas de Kiev para unirse algún día a la Unión Europea (UE), un cese al fuego apenas se mantiene en el este donde fuerzas del Gobierno han estado enfrentando a separatistas prorrusos y la economía está en problemas.
El presidente ruso, Vladimir Putin, aún puede influenciar los eventos, no sólo como el principal respaldo de los rebeldes en el este sino por el rol de Moscú como principal proveedor de gas natural a Ucrania y la UE.
Pero con su propio bloque y un partido liderado por su aliado, el primer ministro Arseny Yatseniuk, que iban cabeza a cabeza con más del 21 por ciento de apoyo después de que más de un cuarto de los votos habían sido contados, Poroshenko tiene garantizado el control del Parlamento.
"La mayoría de los votantes estuvo a favor de las fuerzas políticas que apoyan el plan de paz del presidente y buscan una solución política en Donbass", dijo Poroshenko poco después de que las urnas cerraron, refiriéndose a la región donde los combates han sido más intensos en el este industrializado.
Los resultados finales de la votación sobre listas partidarias y distritos electorales de una banca no se conocerán en días. Pero con una tercera parte con ideas afines, con el 38 por ciento de los votos contados, Poroshenko podrá forjar un Gobierno de coalición fuerte.
El magnate de 49 años probablemente continuará trabajando con Yatseniuk, con la futura posibilidad de quedar como primer ministro para manejar conversaciones sensibles con Occidente sobre ayuda para la economía devastada por la guerra.
Un halcón en sus negociaciones con Rusia, Yatseniuk es apreciado en Occidente por su compromiso con reformas profundas y su astuta administración de la economía, afectada por el conflicto separatista en las regiones del este del país.
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