FERGUSON, EEUU (Reuters) - El área de St. Louis se preparaba el martes para otra jornada de protestas después de que un gran jurado decidió no presentar cargos contra un policía blanco por el tiroteo en el que murió un adolescente afroamericano desarmado en agosto, lo que desató una nueva ola de violencia racial.
Cerca de una decena de edificios en Ferguson, Misuri, fueron incendiados en la noche del lunes y la policía lanzó gases lacrimógenos y granadas aturdidoras contra los manifestantes, informó el jefe de policía del condado de St. Louis, Jon Belmar.
La policía añadió que también fueron arrestadas 61 personas.
Aunque no se informó de heridos graves, Belmar dijo que los disturbios de la noche del lunes y la madrugada del martes fueron "mucho peores" que los generados justo después de que el joven de 18 años Michael Brown perdiera la vida a manos del oficial de policía Darren Wilson el 9 de agosto.
También hubo protestas en Nueva York, Chicago, Seattle, Los Ángeles, Oakland y Washington DC, en torno a un caso que ha puesto de manifiesto las tensiones raciales de larga data que existen no sólo en la localidad predominantemente afroamericana de Ferguson, sino también en el resto de Estados Unidos.
Los colegios en Ferguson y las ciudades circundantes anunciaron que no abrirían sus puertas le martes. Había previstas manifestaciones en el exterior del tribunal en Clayton, Misuri, donde deliberó el gran jurado.
Los disturbios se produjeron a pesar de los llamados a la calma de las autoridades, desde el gobernador de Misuri, Jay Nixon, al presidente, Barack Obama.
Líderes activistas pasaron semanas entrenando a los manifestantes en técnicas de desobediencia civil no violentas, mientras la policía también se sometió a un aprendizaje para rebajar la tensión en conflictos.
Sin embargo, los ánimos se caldearon después de que la multitud lanzó ladrillos contra los agentes e incendió varios autos policiales tras la decisión del gran jurado.
"No vi muchos manifestantes pacíficos ahí fuera", afirmó Belmar. Agregó que estos disturbios fueron "probablemente mucho peores que la peor noche" de manifestaciones en agosto tras la muerte de Brown.
"Por desgracia, esto se salió de control", agregó.
La policía de St. Louis informó de fuertes tiroteos en la noche del lunes cerca del lugar donde murió Brown, pero Belmar aseguró que los agentes no dispararon ni una bala, a pesar de que fueron atacados con piedras, botellas y otras municiones.
DOS CARAS DE LA TRAGEDIA
Wilson podría haber enfrentado cargos que van desde homicidio involuntario a asesinato en primer grado, y la familia de Brown dijo a través de sus abogados que estaba "profundamente decepcionada" por la decisión del gran jurado.
"Si bien entendemos que muchos comparten nuestro dolor, les pedimos que canalicen su frustración de maneras que hagan un cambio positivo", dijo la familia en un comunicado.
Los abogados de Wilson, que recibió una licencia administrativa y se ha mantenido alejado del centro de atención desde el tiroteo, dijeron que el oficial estaba siguiendo su entrenamiento y la ley cuando disparó a Brown.
"Reconocemos que muchas personas van a querer cuestionar la decisión del gran jurado. Animamos a cualquier persona que desee expresar una opinión que lo haga de una manera respetuosa y pacífica", dijo el comunicado.
Ante el malestar generado por el anuncio de la decisión, Obama llamó a los manifestantes a mantener la calma y a la policía a exhibir moderación.
"Tenemos que reconocer que la situación en Ferguson habla de desafíos más amplios que todavía enfrentamos como nación", dijo en una conferencia de prensa transmitida por televisión. "En muchas partes de este país existe una profunda desconfianza entre la policía y las comunidades de color".
RELATOS DE 60 TESTIGOS
El gran jurado, integrado por nueve miembros blancos y tres afroamericanos, comenzó a reunirse a finales de agosto y escuchó el testimonio de 60 testigos llamados por la fiscalía, así como forenses que realizaron tres autopsias, incluido un patólogo privado contratado por la familia Brown.
El fiscal del condado de St. Louis, Bob McCulloch, declinó decir si la decisión del jurado fue unánime. Al menos nueve miembros del jurado tenían que estar de acuerdo para presentar cargos contra Wilson.
Una investigación federal sobre el tiroteo continúa de forma separada, y el fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, destacó que los investigadores del Departamento de Justicia aún no han llegado a una conclusión.
McCulloch aseguró que los 60 testigos entregaron versiones divergentes de lo que ocurrió en el incidente que provocó la muerte de Brown.
Los abogados de la familia de Brown dijeron que el joven estaba intentando rendirse cuando fue baleado, mientras los que respaldan a Wilson afirman que el oficial temió por su vida y abrió fuego en defensa propia.
Los testigos dieron diferentes versiones sobre si las manos de Brown estaban en alto cuando ocurrió el incidente, dijo McCulloch, quien agregó que Wilson percutó su arma 12 veces contra Brown. El tiro final alcanzó a Brown en la parte superior de su cabeza.
Brown era sospechoso de haber robado cigarrillos de una tienda cercana poco antes de que ocurriera el incidente. La policía dijo en agosto que Wilson no sabía del robo en el momento del tiroteo.