(Nueva York) – La nueva política propuesta por el Departamento de la Policía de Nueva York, permite a las personas tener pequeñas cantidades de marihuana; tendrá un gran impacto en ya que en lugar de arrestos los agentes de la policía pondrán multas por este pequeño delito.
“Las detenciones a gran escala por posesión de marihuana han arrastrado a cientos de miles de personas, mayoritariamente a negros y latinos, al sistema penal de la justicia sin ningún beneficio aparente de salud pública”, dijo Alba Morales, investigadora de justicia penal estadounidense de Human Rights Watch. “El cambio de política en los arrestos por posesión de marihuana es un paso en la buena dirección, si bien cualquier tipo de criminalización por la posesión de drogas para uso personal sigue siendo problemática”.
Estas detenciones habían sido un sello distintivo de las prácticas policiales de Nueva York desde la represión sobre la marihuana que impuso a mediados de los años 90 el entonces alcalde Rudolph Giuliani. La policía de la ciudad (NYPD, por sus siglas en inglés) hizo 586,320 arrestos por este delito menor entre 1996 y 2011. La inmensa mayoría de los detenidos por esta falta eran negros o latinos, si bien las cifras sugieren que todas las razas dicen consumir drogas a tasas comparables.
Las autoridades justificaban los arrestos sobre el argumento de que ayudarían a la policía a identificar a las personas que podrían cometer delitos más graves. Sin embargo, en un informe de 2012, Human Rights Watch reveló que los arrestos por posesión de marihuana no constituían una medida efectiva para identificar a delincuentes potencialmente peligrosos. El estudio examinó los historiales de 30.000 personas sin antecedentes previos que habían sido detenidas en Nueva York por posesión de marihuana en 2003 y 2004. Hasta 2012, más de 90 por ciento de ellas no habían sido condenadas por un delito grave.
Combatir la posesión de marihuana a pequeña escala no es una tarea barata: un estudio reciente de la Drug Policy Alliance halló que esos procesos judiciales le costaron a la Ciudad de Nueva York en torno a US$75 millones solo en el año 2010. Sin embargo, los costos que deben pagar los detenidos son todavía más preocupantes. Además del trauma que suponen el arresto y la detención, a una persona condenada por el delito menor de posesión de cannabis se le puede denegar el empleo, el acceso a la vivienda pública y puede sufrir serias consecuencias inmigratorias, incluso en algunas circunstancias, la deportación o la prohibición de regresar a Estados Unidos.
Durante su campaña, el alcalde Bill de Blasio aseguró que haría presión para que la legislación estatal dejara de criminalizar la posesión de pequeñas cantidades de marihuana y que daría instrucciones a la NYPD para que dejara de arrestar a las personas por este motivo. Sin embargo, durante sus primeros meses en el cargo no se detectó ningún declive en la cantidad de detenciones. El anuncio del 10 de noviembre indica que el alcalde podría estar tratando de cumplir con su promesa electoral. Sin embargo, incluso imponer una multa por posesión de cannabis podría desembocar en una pena innecesaria de cárcel, por ejemplo, si una persona no se presenta en la corte el día de su cita o si se emite una orden de arresto en su contra.
El progreso hacia la completa descriminalización para la posesión y el consumo personal ha sido muy lento. En2012 y 2013, dos proyectos de ley introducidos por el gobernador Andrew Cuomo para descriminalizar la posesión de pequeñas cantidades de marihuana se estancó en la asamblea legislativa.
“El sistema de justicia penal es simplemente la herramienta equivocada para abordar las preocupaciones sobre el consumo y la posesión de las drogas”, apuntó Morales. “Al decidir librar a los consumidores de marihuana del trauma y las consecuencias de un arresto, la Ciudad de Nueva York está dando un paso importante”.