TOKIO (Reuters) - El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, disolvió el viernes la Cámara baja del Parlamento para llevar a cabo unas elecciones anticipadas previstas para el 14 de diciembre, con las que buscará un nuevo mandato para su estrategia de reactivación de la economía conocida como "Abenomics" sólo dos años después de su regreso al poder.
Abe se ha comprometido a revivir la economía con una mezcla de política monetaria ultra laxa, gasto público y reformas, mientras avanza con planes para frenar la enorme deuda pública de Japón.
Pero las dudas respecto a su estrategia han ido creciendo, sobre todo luego de que datos mostraron esta semana que la economía cayó en recesión en el tercer trimestre tras un aumento inicial al impuesto sobre las ventas a un 8 por ciento en abril.
"¿Nuestras políticas están erradas, o son correctas? ¿Hay realmente alguna otra forma?", preguntó retóricamente Abe en una reunión de legisladores de su Partido Liberal Democrático (PLD). "Vamos a ganar juntos", dijo, levantando su puño en medio de aplausos.
Abe ha dicho que retrasará por 18 meses una segunda alza de ese impuesto a un 10 por ciento que se había programado para octubre del 2015. Prometió que el segundo aumento, que sus defensores dicen es necesario para financiar los abultados costos de la seguridad social de una población en rápido envejecimiento, se llevará a cabo en abril del 2017.
No se requiere que hayan elecciones generales hasta finales del 2016, y las encuestas muestran que alrededor de dos tercios de los votantes se preguntan porqué Abe está tomando la decisión ahora.
Pero el primer ministro espera consolidar su control sobre el poder antes de que su apoyo entre los votantes se reduzca demasiado. El año que viene, Abe planea hacer frente a políticas impopulares como el reinicio de los reactores que fueron desconectados después de la crisis nuclear de Fukushima en el 2011.
Un sondeo del periódico Asahi publicado el viernes mostró que el apoyo de Abe ha caído a un 39 por ciento -su nivel más bajo desde que asumió el cargo en diciembre de 2012- y poco más que un 40 por ciento que no lo apoya.
Aún así, el 37 por ciento dijo que votaría por el PLD de Abe en los distritos de representación proporcional, en comparación con 13 por ciento que planea votar por el Partido Democrático de Japón (PDJ), el mayor de la posición. El 30 por ciento de los consultados se mostró indeciso.
Frente a una oposición débil y dividida, no se espera que el PLD y su socio menor, el Partido Komeito, pierdan su mayoría en la Cámara baja, donde controlan dos tercios de los 480 escaños.
En esta ocasión habrá 475 escaños en juego después de unas reformas para reequilibrar los distritos rurales escasamente pobladas y las zonas urbanas con mayor número de habitantes.
Abe dijo que dimitirá si su coalición no logra ganar una mayoría, un resultado que los expertos ven como casi imposible, a pesar de que podría terminar debilitado si el PLD pierde demasiados escaños.