LA HABANA/WASHINGTON (Reuters) - Estados Unidos y Cuba acordaron el miércoles restablecer las relaciones diplomáticas más de medio siglo después de su ruptura y el presidente estadounidense llamó a acabar con el largo embargo económico sobre su viejo enemigo de la Guerra Fría.
Después de un año y medio de negociaciones secretas, el mandatario Barack Obama y el presidente cubano Raúl Castro acordaron en una llamada telefónica un canje de prisioneros, abrir embajadas en sus países y aliviar algunas restricciones al comercio, un giro histórico tras décadas de hostilidades.
Los dos líderes hicieron el anuncio en discursos televisados simultáneamente desde Washington y La Habana.
"El aislamiento no ha funcionado, es hora de un nuevo enfoque", dijo Obama aludiendo a la política de la Casa Blanca.
Obama además relajó restricciones de viaje para sus ciudadanos y los límites a las remesas que pueden enviar a la isla de Gobierno comunista, además de autorizar la exportación de equipo y servicios de telecomunicaciones, entre otras cosas.
"Esta decisión del presidente Obama merece el respeto y el reconocimiento de nuestro pueblo", dijo Castro. "Esto no quiere decir que lo principal se haya resuelto. El bloqueo económico, comercial y financiero que provoca enormes daños humanos y económicos a nuestro país debe cesar".
Obama dijo que hablará al Congreso estadounidense sobre el levantamiento del embargo económico, que necesita de una aprobación en un parlamento dominado por republicanos que se han opuesto a normalizar las relaciones con Cuba. Mientras tanto, el Departamento del Tesoro indicó que las sanciones financieras a Cuba serán enmendadas.
Pero Obama aseguró que la isla también tiene asignaturas pendientes. El mandatario dijo que Cuba aún debe hacer cambios en el frente de los derechos humanos y avanzar en las reformas económicas que inició Castro tras haber sucedido a su hermano Fidel en el 2008.
SIGUEN RESTRICCIONES
A pesar de que se relajarán las restricciones que complicaban a la mayoría de los estadounidenses con intenciones de visitar Cuba, aún la puerta sigue cerrada para un turismo masivo desde Estados unidos hacia la isla caribeña.
El acuerdo, que fue facilitado por El Vaticano y Canadá, no acaba con el embargo económico de más de 50 años porque está plasmado en la legislación y se necesita que los parlamentarios la cambien, algo que Obama admitió será una lucha.
Obama dijo que la apertura fue posible por la decisión de La Habana de liberar bajo motivos humanitarios al prisionero estadounidense Alan Gross, preso en la isla desde hace cinco años, y a otro agente de inteligencia que estuvo casi 20 años tras las rejas, a cambio de tres agentes cubanos detenidos.
El caso de Gross, que estaba muy delicado de salud, era un obstáculo para la normalización de los vínculos entre Cuba y Estados Unidos, que han sido enemigos ideológicos desde que Fidel Castro llegó al poder con la revolución de 1959.
Washington rompió relaciones diplomáticas en 1961 con La Habana mientras Cuba, separada del estado de Florida por 140 kilómetros de mar Caribe, se convertía en un cercano aliado de la ex Unión Soviética.
Desde entonces los países atravesaron muchas tensiones: crisis de espionaje, de refugiados y la crisis de misiles de octubre de 1962 que llevó al mundo al borde de una guerra nuclear.
Después de la desintegración de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría, Washington estuvo cada vez más solo en sus esfuerzos por presionar a Cuba. Los hermanos Castro han mantenido desde siempre un sistema político unipartidario.
CRÍTICAS Y ELOGIOS
Cuando Obama llegó a la presidencia en el 2009, flexibilizó algunas restricciones sobre Cuba, como los viajes de los cubanos-estadounidenses y el envío de remesas a la isla. Pero con el arresto y condena de Gross el proceso de acercamiento entre Washington y La Habana se estancó.
El Papa Francisco, que según Obama tuvo un rol clave en la liberación de Gross, felicitó el miércoles a los dos países por su decisión y El Vaticano dijo que estaba listo para apoyar el fortalecimiento de sus relaciones.
"Esta noticia es muy positiva", dijo el miércoles por su parte el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon. "Ya es hora de que Cuba y Estados Unidos normalicen sus relaciones bilaterales. En ese sentido, doy una enérgica bienvenida a las noticias de hoy".
El ex presidente estadounidense Jimmy Carter, que visitó la isla caribeña en dos oportunidades y durante su gobierno abrió en 1977 las Secciones de Intereses de ambas naciones en La Habana y Washington, también elogió la decisión "sabia".
"Espero que el Congreso de Estados Unidos tome medidas para eliminar las sanciones económicas (...) que han demostrado ser ineficaces en la promoción de la democracia y la libertad", sostuvo en un comunicado.
Hasta el presidente venezolano Nicolás Maduro, un enemigo ideológico de Estados Unidos, elogió la "valentía" de Obama.
Pero el anuncio desató las críticas de varios en Washington, que creen que Cuba no debería ser premiada si aún no abraza un cambio democrático.
El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, dijo que los cambios en la política hacia Cuba fueron la última de una serie de "concesiones sin sentido".
Robert Menendez, un cubano-estadounidense que preside el Comité de Relaciones Internacionales del Senado, criticó rápidamente en un comunicado la decisión de Obama, asegurando que intercambiar a Gross por "criminales convictos establece un precedente extremadamente peligroso".
Y el senador republicano Marco Rubio dijo que "haría todos los esfuerzos" para impedir que Obama normalice las relaciones con el Gobierno cubano después de describir la decisión del presidente como "inexplicable".
Pero muchos en la comunidad de 1,5 millones de exiliados cubanos en Estados Unidos se llenaron de optimismo con la noticia por la posibilidad de tener un acceso más rápido a sus familiares.
"Es increíble", dijo Hugo Cancio, quien llegó a Miami desde el puerto cubano de Mariel en 1980 y dirige una revista con oficinas en Miami y La Habana.
"Este es un nuevo comienzo, un sueño hecho realidad para los 11,2 millones de cubanos en Cuba, y creo que provocará un cambio de mentalidad aquí también. Estoy eufórico. He estado trabajando para este momento por 25 años".
Y en La Habana, la noticia también fue bienvenida.
"He esperado esto desde que tengo uso de razón. Tenía 5 años cuando triunfó la revolución y el dolor de mi familia dividida entre Cuba y Estados Unidos ha sido enorme", dijo el taxista Jorge Raymond, visiblemente emocionado mientras conducía por las calles de La Habana.
EL CASO GROSS
Cuba arrestó a Gross, ahora de 65 años, el 3 de diciembre del 2009. El subcontratista de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) fue condenado a 15 años de cárcel por importar tecnología prohibida y tratar de establecer una red de Internet clandestina.
La Habana había culpado al Gobierno de Estados Unidos por el encarcelamiento del contratista y había ofrecido en reiteradas ocasiones entrar en un diálogo sin condiciones previas, una propuesta que hasta ahora había sido rechazada por Washington.
El Gobierno cubano siempre intentó vincular el tema de Gross a los casos de tres agentes de inteligencia que cumplían prolongadas penas de cárcel en varias ciudades estadounidenses por espiar a grupos de exiliados cubanos y monitorizar instalaciones militares en Florida. Ellos son considerados héroes en casa.
Los tres cubanos liberados en el canje son Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Ramón Labañino, en prisión desde 1998. El presidente Castro dijo que llegaron el miércoles a la isla.