TOKIO (Reuters) - La coalición gobernante del primer ministro japonés, Shinzo Abe, logró una gran victoria electoral el domingo, pero la escasa participación podría debilitar un nuevo mandato que incluye duras medidas para reactivar a la tercera economía del mundo.
La mayoría de los sondeos a boca de urna mostraron que el Partido Liberal Democrático de Abe y su socio menor, el Partido Komeito, lograron más de 317 escaños en la Cámara baja compuesta por 475 miembros, lo suficiente como para mantener su "súper-mayoría".
Pero muchos votantes, que dudan tanto de la estrategia de Abe para poner fin a la deflación y generar crecimiento como de la capacidad de la oposición para idear un mejor plan, se quedaron en casa, haciendo que la participación estuviera en camino de llegar a mínimos históricos, de acuerdo a cifras preliminares.
La participación ya había tocado el mínimo histórico de la posguerra con un 59,3 por ciento en las elecciones de 2012, en las que Abe retornó al poder para iniciar un segundo mandato en medio de promesas de reactivar una economía afectada por la deflación y el envejecimiento.
Las esperanzas sobre el plan de Abe, que incluye una política monetaria ultra flexible, un mayor gasto público y reformas tales como la desregulación, se vieron empañadas después de que la economía japonesa entró en recesión en el tercer trimestre tras un alza a los impuestos a las ventas en abril.
Abe decidió el mes pasado posponer una segunda subida de impuestos al 10 por ciento hasta abril de 2017, aumentando las preocupaciones acerca de cómo Japón frenará su enorme deuda pública, la peor entre las naciones avanzadas.
"Me preocupa que las finanzas públicas de Japón puedan empeorar aún más", dijo Akihiro Fujihara, un votante de Tokio de 38 años.
"Me gustaría que un partido pudiera haber presentado propuestas para hacer de Japón un lugar mejor para vivir", agregó.
LEVE AVANCE
El Partido Democrático de Japón (PDJ), el principal bloque opositor, fue incapaz de capitalizar el desencanto entre los votantes, en gran parte debido a los recuerdos aún latentes de su Gobierno entre 2009-2012, el cual estuvo plagado de luchas internas que llevaron a que hubiera tres primeros ministros en tres años.
Las encuestas a boca de urna mostraron que el PDJ superaría los 62 escaños que tenía antes de la votación, pero que estaría lejos de los 100 asientos a los que apuntaba de manera no oficial.
Abe convocó a elecciones en un intento de reforzar su poder antes de llevar a cabo impopulares políticas, como la reapertura de los reactores nucleares que se encontraban sin operar tras la catástrofe de Fukushima en 2011 y el giro en la política de seguridad pacifista del país en el periodo de posguerra.
La victoria de la coalición liderada por el PLD podría además facilitar la reelección de Abe como líder de su partido en septiembre próximo, aumentando la posibilidad de que siga en el poder hasta 2018.
Aparte de las elecciones locales de abril, su coalición probablemente no tenga que enfrentarse a los votantes hasta los comicios de la Cámara alta en 2016, donde el PLD y el Partido Komeito ahora tienen la mayoría.
Los críticos de Abe dicen que los avances han sido limitados durante su mandato, en parte debido a la oposición de los miembros de su propio partido.
"Mi valoración personal es que es probable que veamos más de lo que hemos visto: reformas parciales que se mueven más o menos en la dirección correcta, pero a un ritmo bastante lento", dijo el profesor de la Universidad de Columbia Gerry Curtis antes de los primeros resultados.