PARÍS (Reuters) - La primera edición de Charlie Hebdo publicada tras los ataques mortales llevados a cabo por yihadistas en París se agotó en minutos en Francia el miércoles, y su portada con el profeta Mahoma llorando fue elogiada como un trabajo emotivo pero también criticada como una nueva provocación.
Los franceses hicieron fila al amanecer para comprar las copias en una muestra de apoyo al semanario satírico y pese a que la rama de al Qaeda en Yemen se adjudicó la responsabilidad del ataque, diciendo que ordenó los asesinatos porque consideraba que la publicación había insultado a Mahoma.
En Oriente Medio, líderes musulmanes que denunciaron el ataque contra el semanario, que dejó 12 personas muertas entre ellas periodistas, caricaturistas y policías, instaron a la calma, aunque criticaron la decisión de publicar una nueva caricatura del Profeta.
El semanario lanzó una tirada de hasta tres millones de copias para lo que se ha llamado la "edición de los supervivientes", muy por encima de los 60.000 ejemplares que se imprimían en ediciones anteriores.
La portada de la nueva edición muestra una caricatura de un Mahoma lloroso sosteniendo un cartel con la leyenda "Je suis Charlie" (Yo soy Charlie) debajo del titular: "Tout est pardonné" (Todo está perdonado).
Dentro, el semanario desplegó su irreverente humor habitual. Una caricatura muestra a yihadistas diciendo: "No deberíamos tocar a la gente de Charlie (...) de lo contrario parecerán mártires y, cuando lleguen al Paraíso, estos bastardos nos robarán nuestras vírgenes".
"Lo que nos hace reír más es que las campanas de Notre-Dame sonaron en nuestro honor", dice un editorial en el semanario, que surgió del movimiento político de 1968 y se ha burlado de todas las religiones y los pilares de la sociedad.
David Sullo, parado al final de una fila de más de 20 personas en un quiosco del centro de parís, dijo que era la primera vez que compraba el semanario.
"No es exactamente de mi gusto político, pero me parece importante comprar hoy y apoyar la libertad de expresión", afirmó.
A pocas manzanas de distancia, cerca de la estación de metro de Jules Joffrin en el norte de París, un vendedor de periódicos dijo que ya había personas esperando fuera de la tienda cuando abrió a las 6:00 hora local (0500 GMT).
El primer ministro Manuel Valls, con frecuencia blanco de las caricaturas del semanario, fue fotografiado a la salida de la reunión de gabinete con una copia bajo el brazo.
ELOGIOS Y CRÍTICAS
Diecisiete personas murieron en París en tres días de violencia que comenzaron con el ataque perpetrado por dos milicianos islamistas en las oficinas de Charlie Hebdo el 7 de enero. Otro atacante asesinó a una policía y luego secuestró a personas en un supermercado kosher matando a cuatro civiles.
Los tres atacantes murieron en asaltos de la policía.
Al menos 3,7 millones de personas se manifestaron en Francia el domingo para honrar la memoria de los periodistas, policías y las víctimas del supermercado fallecidos.
En un video divulgado en YouTube, al ala de al Qaeda en Yemen dijo que su liderazgo había ordenado el ataque del miércoles.
No fue posible de inmediato verificar la autenticidad de la grabación.
Los defensores del semanario elogiaron la portada por continuar la misión satírica de la publicación, proclamando su derecho a la libertad de expresión y al mismo tiempo mantener un tono acongojado y un mensaje pacífico.
Jonathan Jones, un crítico de arte del diario británico Guardian, calificó a la portada de "una obra de arte que reafirma la vida".
"Personas graciosas fueron asesinadas por ser graciosas. Esta nueva portada es la única respuesta posible, una respuesta que te hace reír", escribió. El diario belga Le Soir escribió: "No publicar la edición hubiera sido como una segunda muerte para las víctimas".
Pero en Oriente Medio fue calificada como una nueva provocación que podría generar reacciones violentas.
Caricaturas semejantes "alimentan el sentimiento de odio y resentimiento entre la gente" y publicarlas "muestra desprecio" hacia los sentimientos de los musulmanes, dijo el Gran Muftí de Jerusalén y los territorios palestinos, Mohammed Hussein, en un comunicado.
Si bien muchos en Oriente Medio se enfurecieron, Samir Mahmoud, un ingeniero jubilado en El Cairo, dijo que era tiempo de avanzar. "Las caricaturas no tienen significado, no deberían afectarnos. Nosotros como musulmanes somos más fuertes que unas caricaturas", afirmó.
El rector de la mezquita de Burdeos, Tareq Oubrou, instó a los musulmanes franceses a no reaccionar de forma exagerada por las nuevas caricaturas.
"No creo que el Profeta del Islam necesite reacciones estúpidas o exageradas", dijo al canal BFM-TV. "La libertad tiene sus inconvenientes y debemos vivir con ellos", agregó.
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