Moscú, 10 may (EFE).- Los líderes de Rusia y Alemania, Vladímir Putin y Angela Merkel, se mostraron hoy conciliadores y abogaron por trabajar conjuntamente para resolver la crisis de Ucrania a pesar reconocer importantes diferencias en la valoración del conflicto.
El gesto de la canciller alemana de acudir a honrar a los millones de soviéticos caídos en la II Guerra Mundial frente a la Alemania nazi y el reconocimiento público en Moscú de la "responsabilidad histórica" de Berlín contribuyó sin duda a allanar el camino.
"Con mi visita de hoy quisiera expresar que trabajamos con Rusia, y no contra ella", dijo Merkel en la rueda de prensa conjunta que dieron ambos mandatarios después de reunirse en el Kremlin.
"A pesar de nuestras diferencias, debemos buscar el diálogo y una solución pacífica y hacer esfuerzos diplomáticos", añadió la canciller, quien en bastantes ocasiones se refirió sin eufemismos a "la anexión de Crimea" y la intervención militar rusa en el este de Ucrania.
"La anexión de Crimea, que se llevó a cabo en violación de la ley internacional, y la intervención militar en Ucrania causaron un grave daño a nuestra cooperación, porque vemos en ello una amenaza al sistema de paz de Europa", señaló.
Pero dijo que tanto ella como Putin están de acuerdo en que "el paquete de medidas de Minsk es lo único que tenemos. Es nuestra base para tratar de buscar una solución pacífica".
Putin, por su parte, hizo hincapié en que "aún con dificultades, el proceso de Minsk está avanzando... Después del 12 de febrero, en el este de Ucrania, a pesar de todos los problemas que existen, la situación está más tranquila".
Fue justamente en aquella fecha cuando Putin y Merkel, junto con el presidente francés, Francois Hollande, y el dirigente ucraniano, Petró Poroshenko, se encerraron durante 24 horas seguidas a negociar en la capital bielorrusa hasta arrancar a las partes del conflicto un alto y el fuego y un paquete de medidas militares y políticas.
"Cuando hablamos de cumplir los puntos del acuerdo de paz de Minsk se trata de que se restablezcan la soberanía y la integridad territorial de Ucrania", dijo Merkel.
"No podemos decir que una parte cumple sus obligaciones al 100 por cien y la otra no hace nada, pero tenemos información de que hay muchas más violaciones (de la tregua) por parte de los separatistas", señaló.
Putin insistió en que la parte ucraniana debe cumplir sus compromisos y "levantar el bloqueo económico y restablecer las relaciones financieras y bancarias" con las regiones rebeldes de Dinetsk y Lugansk.
Señaló que Merkel y él difieren sustancialmente de la valoración que hacen de los acontecimientos en Ucrania, empezando por que Rusia considera que el cambio de poder en Kiev en febrero de 2014, cuando fue derrocado el presidente Víktor Yanukóvich, fue un golpe de Estado.
Y pidió que la comunidad internacional tenga un único criterio para valorar los acontecimientos mundiales "con las mismas reglas".
Ante la prensa, Merkel dijo que se inclina ante las millones de víctimas soviéticas que cayeron en la II Guerra Mundial combatiendo a la Alemania nazi.
"Quiero decir aquí que me inclino ante los millones de víctimas que tuvieron el pueblo soviético y otros pueblos por culpa de los nacionalsocialistas de Alemania".
"En nosotros recae la responsabilidad de recordarlo y de extraer lecciones. Por eso ahora que tenemos diferencias, y me refiero a la anexión de Crimea y la crisis en el sureste de Ucrania, siempre es importante recordar esos hechos históricos y decirle a Rusia que sabemos el sufrimiento que infligimos a los pueblos de la URSS", subrayó.
A esas palabras, Putin respondió que Rusia "no luchó contra Alemania, sino contra la Alemania nazi. Con Alemania, que se convirtió en la primera víctima del régimen nazi, nunca combatimos. Allí teníamos muchos colaboradores y amigos".
"Ante todo, quiero agradecerle que haya venido para honrar a esas personas que murieron durante la II Guerra Mundial, la Gran Guerra Patriótica, en la lucha contra el nazismo", dijo Putin a Merkel.
Poco antes de reunirse, ambos habían acudido juntos a depositar una ofrenda floral ante la Tumba del Soldado Desconocido, en los jardines de Alejandro, a los pies de las murallas del Kremlin.
La canciller germana había rechazado acudir ayer, 9 de mayo, al tradicional desfile militar del Día de la Victoria en la Plaza Roja, al que tampoco asistió ningún líder occidental en protesta por la crisis de Ucrania.
Sobre esos otros líderes, Putin señaló hoy con aire ofendido: "Es su decisión. Sin embargo, creo que las cuestiones de la coyuntura política son menos importantes que las cosas de carácter fundamental, relacionadas con el apoyo a la paz mundial y lo inadmisible de una catástrofe como la II Guerra Mundial".