El CAIRO (Reuters) - Un tribunal egipcio sentenció el martes con pena de muerte al depuesto presidente islamista Mohamed Mursi, por cargos de asesinato, secuestro y otros delitos durante la fuga masiva de una cárcel en 2011.
Mohamed Badie, general de los Hermanos Musulmanes, también fue condenado a muerte junto a otros cuatro líderes del movimiento. Al menos 80 más fueron sentenciados a la pena capital en ausencia.
Más temprano el martes, la corte sentenció a Mursi a cadena perpetua en un caso vinculado a una conspiración con grupos extranjeros.
El líder islamista se convirtió en el primer presidente elegido democráticamente en Egipto tras la caída del veterano autócrata Hosni Mubarak en 2011, pero fue derrocado por el Ejército en 2013 tras protestas masivas contra su mandato.
El mes pasado, la corte condenó a Mursi y a otros acusados por la muerte y secuestro de policías, ataques contra instalaciones policiales y por irrumpir en una cárcel durante una revuelta contra Mubarak.
La petición de una sentencia de muerte generó críticas de Estados Unidos, otros gobiernos occidentales y grupos de derechos humanos.
Después del veredicto del martes, un alto responsable de los Hermanos Musulmanes dijo que el juicio "incumplió todos los estándares internacionales".
"Este veredicto es un clavo en el ataúd de la democracia en Egipto", afirmó Yahya Hamid, un ex ministro del Gobierno de Mursi y jefe de relaciones internacionales de los Hermanos Musulmanes, en una conferencia de prensa en Estambul.
Mursi, Badie y otras 15 personas fueron sentenciados también a cadena perpetua -que, según la ley egipcia, equivale a cumplir 25 años de cárcel- por conspirar con el grupo palestino Hamas, que gobierna la Franja de Gaza.
Entre los condenados hay figuras relevantes de los Hermanos Musulmanes como Essam el-Erian y Saad el-Katatni.
La corte sentenció a los líderes del movimiento Khairat el-Shater, Mohamed el-Beltagy y Ahmed Abdelaty a pena de muerte por el mismo caso. Otros 13 acusados también recibieron la pena capital en ausencia. Los veredictos pueden ser apelados.
Mursi, vestido con ropa azul de prisionero, estaba calmado y sonrió ligeramente cuando el juez leyó la primera sentencia en el tribunal en la Academia de Policía.
Los acusados corearon: "¡Qué caiga, qué caiga el gobierno militar!" mientras eran llevados a la corte.
Mursi afirmó que el tribunal no es legítimo y describió el proceso legal en su contra como parte del golpe liderado por el ex jefe del Ejército Abdel Fattah al-Sisi en 2013.
Desde el derrocamiento de Mursi, las autoridades egipcias han aplicado mano dura contra los islamistas, con cientos de muertos y miles de detenidos.