jueves, 10 de marzo de 2016

ELECCIONES EUA 2016. Debate demócrata: Clinton y Sanders, lo más destacado

CNN, 10 de marzo, 2016. Hillary Clinton quiere que Bernie Sanders sepa que apoya al presidente Barack Obama. Gran parte del debate careció del encono de los foros anteriores ya que Clinton y Sanders plantearon sus diferencias en cuestiones políticas. Pero la confrontación durante el debate demócrata de PBS NewsHour transmitido simultáneamente en CNN estalló en un evidente enojo en los momentos finales.


Clinton acusó a su rival de no apoyar a Obama tras la publicación de un libro escrito por el colaborador de CNN, Bill Press, crítico del presidente. Ella dijo que Sanders se había referido a Obama en el pasado como alguien “débil” y como una “desilusión” y le advirtió que “la clase de crítica que había escuchado del senador Sanders sobre nuestro presidente, la esperaba de los republicanos. No lo espero de alguien que está contendiendo por la nominación demócrata que sucederá al presidente Obama”.

Sanders estaba furioso: “Señora secretaria, ese es un golpe bajo”, dijo.

Él insistió en que Obama era su amigo, pero que eso no significaba que un senador tenía que estar de acuerdo con el presidente en todo. “Uno de nosotros contendió contra el presidente Obama”, dijo Sanders, refiriéndose a la contienda de Clinton en el 2008 contra el entonces senador por Illinois. “Yo no era ese candidato”.

Uno de los grandes momentos de la noche tuvo lugar cuando Sanders le advirtió a Clinton: “Usted aún no está en la Casa Blanca”.

El asunto del legado de Obama es importante porque sus índices de aprobación entre los demócratas siguen siendo altos. Y en un día en el que ganó el respaldo del brazo político del Congressional Black Caucus, el cual está desesperado por frenar el auge que Sanders alcanzó después de su triunfo en el “estado del granito”, al parecer está llegando a los votantes afroamericanos en Carolina del Sur... un estado clave en su cortafuego del sur.

Ambos candidatos hicieron grandes esfuerzos para mostrar que aprecian los problemas económicos y sociales que aquejan a las comunidades afroamericanas.

Sanders hizo un llamado para que se revisara la forma en que se imponen sentencias, y una “reforma radical” de un sistema que, dijo, se ha convertido en un círculo vicioso que de manera desproporcionada mete en un ciclo a los hombres afroamericanos en el que ingresan y salen de la cárcel.

Por su parte, Clinton dijo que bajo el mandato de Obama se había producido una “gran cantidad de avances” que habían ayudado a los afroamericanos, pero advirtió que gracias a las redes sociales “estamos viendo el lado oscuro del racismo sistémico que aún prevalece y que debemos erradicar de nuestra sociedad”.

También hubo un animado intercambio entre Clinton y Sanders sobre la política exterior ya que ella buscaba dejar en claro un argumento que solo ella tiene las cualidades exigidas para ser comandante en jefe.

Sanders revivió su ataque contra Clinton, por haber votado en el 2002 a favor de autorizar la guerra en Iraq, para debatir esa opinión, no su experiencia, lo cual es más importante en un comandante en jefe. Clinton contraatacó al decir que un voto hace 14 años no equivale a un plan para destruir a ISIS en el 2016.

Luego Sanders, el exactivista estudiantil de 1960, lanzó un ataque inesperado contra Clinton por aceptar el consejo de Henry Kissinger, uno de sus predecesores republicanos cuando era secretaria de Estado, quien es vilipendiado por muchos liberales por su papel en las guerras y la inestabilidad política en Vietnam, Camboya, Indonesia y América del Sur.

“Ella habló sobre lograr la aprobación o el apoyo o la asesoría de Henry Kissinger. Ahora, creo que es bastante sorprendente, porque resulta que creo que Henry Kissinger fue uno de los secretarios de Estado más destructivos en la historia moderna de este país”, dijo Sanders. “Me siento orgulloso de decir que Henry Kissinger no es mi amigo.”

Clinton respondió con una de sus líneas más vanguardistas de la noche, al sacarle provecho a una queja entre sus seguidores en relación a que él es débil en la política exterior y que no está dispuesto a revelar quién lo asesora en cuanto a seguridad nacional.

“Bueno, sé que los periodistas le han preguntado quién lo asesora en cuanto a política exterior, y aún no sabemos quién es”, dijo Clinton.

Los rivales también hablaron sobre la comunidad latina, la cual desempeñará un papel clave en la próxima contienda por la candidatura demócrata en Nevada el 20 de febrero. Apoyaron las acciones ejecutivas de Obama para aplazar las deportaciones de hasta cinco millones de inmigrantes indocumentados. Ambos dijeron que irían más allá.

Clinton señaló que Sanders había votado en contra de un intento fallido para aprobar una reforma migratoria integral en el Congreso en el 2007, mientras que ella votó a favor del mismo. Sanders explicó que lo había hecho porque las disposiciones de trabajadores visitantes bajo la legislación fueron descritas por un grupo de defensa legal como “similares a la esclavitud”.

También hubo intercambios acalorados luego de que Sanders atacara a Clinton sobre los súper PAC que apoyan su campaña.

Él ha argumentado que el hecho de que Clinton acepta contribuciones de los grupos financieros significa que es menos probable que tome medidas contra Wall Street cuando ocupe el cargo. Clinton respondió que a pesar de la aceptación de este tipo de donaciones en el 2008, Obama aprobó una nueva reglamentación en el sector financiero al principio de su administración y que iba a hacer lo mismo.

Sanders replicó: “No vamos a insultar la inteligencia del pueblo estadounidense. La gente no es tonta.”

Clinton trató de hacer mella en Sanders al presentar sus planes tan poco realistas y dijo que era importante que los estadounidenses evaluaran ambos programas.

En algún momento, Clinton le dijo: “No somos Francia”, luego de que Sanders reclamara que Estados Unidos era la única gran potencia industrializada que no proveía seguro de salud universal a sus ciudadanos. “No debemos hacer promesas que no podemos cumplir”, dijo Clinton, y advirtió que los planes de Sanders para impulsar un programa de salud universal paralizarían el sistema político y pondría en peligro el Obamacare.

Clinton trató de cooptar el lenguaje que Sanders utilizó para referirse a una economía que dice que premia a los ricos a expensas de la clase media.

“Sí, la economía está arreglada para favorecer a los que están arriba”, dijo Clinton. “Sé que muchos de los estadounidenses están enojados con la economía y por una buena causa. Los estadounidenses no han tenido un aumento en 15 años”, dijo Clinton, añadiendo que ella quería hacer más para asegurar que “Wall Street no vuelva a destruir a la población general”.