Londres, 12 de mayo, 2016 (AP). El primer ministro británico, David Cameron, reúne el jueves a líderes de todo el mundo en Londres para luchar contra la corrupción, pero los críticos apuntan que su objetivo se ha visto afectado por la permisividad de Gran Bretaña hacia los paraísos fiscales y su propia indiscreción al describir a alguna de las naciones presentes en la cumbre "fantásticamente corruptas".
El encuentro congrega a una amplia variedad de políticos de todo el mundo, entre ellos el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y los presidentes de Afganistán, Nigeria y Colombia. Bancos, organizaciones de la sociedad civil y el Fondo Monetario Internacional también estarán presentes en la cumbre, que tiene el objetivo de acordar una declaración global contra la corrupción y romper lo que Cameron ha calificado de "tabú sobre abordar este tema de frente".
La credibilidad financiera del propio Cameron se vio empañada por la revelación el mes pasado —en documentos filtrados por el bufete de abogados panameño Mossack Fonseca— de que teñía una participación en una firma radicada en un país con ventajas fiscales abierta por su padre. Cameron vendió sus acciones en 2010, antes de convertirse en primer ministro.
El líder británico volvió a estar en el centro de la polémica en las vísperas de la reunión cuando un micrófono abierto de televisión lo captó hablando sobre la participación de "líderes de algunos países fantásticamente corruptos". Durante una recepción en el Palacio de Buckingham con la reina Isabel II de Inglaterra, se refirió a Nigeria y Afganistán como "posiblemente dos de los países más corruptos del país".
El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, y el afgano, Ashraf Ghani, elegidos en 2015 y en 2014 respectivamente, han prometido frenar la corrupción en sus países.
Buhari dijo que no busca una disculpa de Cameron sino algo más "tangible": La devolución de los saqueados activos nigerianos retenidos en bancos británicos.
Cameron sostiene que la lucha contra los sobornos, el lavado de dinero y otras formas de delitos financieros es una prioridad para su gobierno. Pero sus críticos apuntan que el distrito financiero de Londres, la City, está inundado de beneficios obtenidos de este modo, y la mayoría de los principales paraísos fiscales del mundo son dependencias británicas o territorios de ultramar, como la isla de Jersey y las Islas Vírgenes Británicas.
En una iniciativa para una mayor transparencia, Gran Bretaña aprobó una ley que requiere a las empresas británicas —incluyendo firmas extranjeras con activos británicos— que desvelen quién se beneficia realmente de su propiedad.
Londres dijo que Francia, Holanda, Nigeria y Afganistán están comprometidos a lanzar registros similares, y muchos países más están dispuestos a seguir su ejemplo.