Washington, 23 de junio, 2016 (AP). Varios demócratas exhaustos, algunos envueltos en mantas y cargando almohadas, prolongaron su notable sentada más allá del amanecer del jueves, en una protesta extraordinaria transmitida en vivo a todo el mundo. Los demócratas lograron interrumpir las sesiones del Congreso con exigencias de que, a la luz de la masacre de Orlando, se voten proyectos de control de armamentos.
Los republicanos inflexibles que controlan la cámara baja calificaron la medida de "ardid publicitario". Ordenaron un cuarto intermedio a las 3.15 de la madrugada (0715 GMT) hasta después del 4 de julio, Día de la Independencia. A las 7.30 del jueves, 20 horas después del inicio de la protesta, permanecían en el recinto una decena de demócratas, entre ellos la jefa del bloque Nancy Pelosi, cuyos discursos mezclaban proclamas de victoria con promesas de no ceder en su ofensiva para poner coto a la violencia con armas.
"Si bien los estadounidenses no siempre nos exigen que ganemos, si nos exigen que luchemos", dijo el texano Al Green al amanecer, cuando los pocos legisladores en el recinto estaban sentados en un piso cubierto de papeles bajo las galerías desiertas. "Demostramos a los estadounidenses por qué no logramos que se voten medidas de seguridad dictadas por el sentido común".
Horas antes, cuando los republicanos salían del recinto, los demócratas permanecieron coreando, "sin ley no hay descanso" y agitando papeles con los nombres de víctimas de la violencia escritos en negro. La representante Maxine Walters, de California, dijo que estaba dispuesta a permanecer "hasta que se congele el infierno".
Mientras una multitud los aplaudía desde el exterior del Capitolio y muchos más los seguían en las redes sociales, los demócratas proclamaron su éxito al presentar de forma dramática sus argumentos a favor de medidas para enfrentar la violencia con armas.
"Aunque salgan corriendo en la oscuridad de la noche, aunque se vayan, eso no significa que aceptaremos una negativa", dijo Pelosi.
Los republicanos dijeron que sus colegas demócratas solo habían conseguido interrumpir el trabajo normal de la cámara para ganar puntos políticos. El presidente de la cámara, el republicano Paul Ryan, lo calificó de "ardid publicitario".
El representante John Lewis, de Georgia, participante de las movilizaciones por los derechos civiles de los negros en el sur en la década de 1960, dijeron que los demócratas lograron "cruzar un puente". Añadió que "tenemos otros puentes que cruzar" y que los demócratas "pagaron un anticipo para poner fin a la violencia con armas" en Estados Unidos.
Durante la noche los dos bandos estuvieron al borde de tomarse a los golpes cuando el republicano texano Louie Gohmert se acercó a los demócratas y gritó, "¡extremismo islámico!" La demócrata Corrine Brown respondió a los gritos y sus colegas tuvieron que separarlos.
Las presiones crecen en los dos bloques desde la masacre en un club nocturno gay en Florida que dejó 49 muertos y 53 heridos. Este fue el más reciente de varios incidentes trágicos en los últimos años, incluyendo la matanza en una escuela primaria en Newtown, Connecticut.