Los Ángeles, 2 de junio, 2016 (AP). Un homicidio-suicidio provocó una masiva respuesta policial y sembró el temor por la presencia de un pistolero entre las decenas de miles de personas que estaban en el campus de la Universidad de California (UCLA). Ahora, el miedo ha dejado paso al dolor y muchos lamentan la muerte de un profesor que trabajaba en modelos informáticos sobre el corazón humano y que era también un padre cariñoso que entrenaba al equipo de béisbol de su hijo pequeño.
William S. Klug, profesor de ingeniería mecánica, fue abatido por el pistolero en un edificio de oficinas de su especialidad, según un funcionario de seguridad conocedor de la investigación pero no estaba autorizado a hablar sobre ella en público.
El agresor en el caso de homicidio-suicidio no ha sido identificado todavía, y dar con sus motivos para asesinar a Klug será la prioridad de la investigación, que continúa el jueves.
Las clases en gran parte del el campus de Los Ángeles de la UCLA se reanudarán el jueves, y el lunes en el departamento de ingeniería, cuyos estudiantes y profesores estaban empezando a asumir la pérdida.
"Bill era un hombre absolutamente maravilloso, el hombre más agradable que conocerás nunca", dijo un colaborador, el profesor Alan Garfinkel. "Devoto padre de familia, excelente mentor y profesor de tantos estudiantes. Era un colega cercano y un amigo. Nuestra investigación conjunto era para construir un modelo informático del corazón, un 'corazón virtual' con 50 millones de variables que podía utilizarse para probar drogas".
Peter Gianusso, director de El Segundo Little League donde Klug entrenaba, dijo: "Ejemplificaba lo que es la Little League: carácter, valor y lealtad".
"Tenía una relación especial con su hijo a través del béisbol, era un gran entrenador, pasada incontables horas en el campo con los chicos y chicas de El Segundo Little League", apuntó Gianusso.
Los primeros reportes desde el campus desataron el miedo a un posible tiroteo masivo en el recinto, lo que movilizó a cintos de agentes fuertemente armados que inundaron el centro.
Grupos de policías entraron en los edificios que habían sido cerrados y despejaron los pasillos mientras los helicópteros de la policía sobrevolaban la zona.
Aconsejados por los mensajes de advertencia enviados por la universidad para apagar las luces y bloquear las puertas, muchos estudiantes hicieron saber a sus familias y amigos que estaban bien por medio de publicaciones en medios sociales. Algunos describieron las frenéticas escenas de desalojo, mientras otros advirtieron que las puertas no cerraban y mostraron imágenes de fotocopiadoras y mesas de futbolín que usaron como barricadas.
Después de casi dos horas, el jefe de la policía, Charlie Beck, dijo que se trataba de un homicidio-suicidio y dio por finalizada la amenaza. Dos hombres fallecieron y las autoridades hallados un arma y lo que parecía ser una nota de suicidio, agregó.
El incidente se produjo a una semana de los exámenes finales en UCLA, que con 43,000 estudiantes, tiene el campus más grande del sistema universitario californiano.
Las ceremonias de graduación y los actos para despedir el curso en la Universidad de California incluirán ahora un recuerdo a Klug, que era cristiano devoto y participante habitual en la organización de la vida espiritual del campus.