Yakarta, 9 de septiembre, 2016 (Reuters). El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, dijo a su homólogo estadounidense, Barack Obama, que nunca lo llamó "hijo de puta", afirmó el viernes, pero mantuvo una postura desafiante respecto al combate a las drogas y sostuvo que el jefe de la ONU, Ban Ki-moon, era un tonto por plantear el tema de los derechos humanos.
Obama canceló una reunión programada con Duterte en la cumbre ASEAN de esta semana en Laos después del supuesto insulto del líder filipino, pero ambos sostuvieron un breve encuentro más tarde mientras esperaban para sentarse en un banquete.
Durante una visita a la capital de Indonesia el viernes, Duterte dijo a un grupo de filipinos que el agravio no estuvo dirigido contra el presidente de Estados Unidos y que le había dicho eso.
"Estaba listo (para Obama). Estaba esperando que Obama respondiera. Abogado a abogado, ambos somos abogados igual (...) Dije que nunca pronuncié esa declaración. Compruébelo", comentó.
"(...) Dije eso, pero no con relación a Obama. No estoy peleando contra Estados Unidos", agregó.
Obama y Duterte se dieron un apretón de manos y tuvieron una breve charla el miércoles, dijeron funcionarios, bajando la tensión de la disputa. El mandatario filipino emitió su exabrupto el lunes, cuando defendió su guerra contra las drogas que ha dejado al menos 2.400 muertos en su país.
Duterte dijo el viernes que pensaba que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, era un tonto por plantear el tema de las violaciones a los derechos humanos semanas antes de la cumbre en Laos.