Beinjing, China, 14 de diciembre, 2016 (AP). Cualquier cambio en la política estadounidense en favor de un reconocimiento formal de Taiwán dañará "seriamente" la paz y la estabilidad en el estrello de Taiwán y socavará las relaciones entre Beijing y Washington, dijo un vocero del gobierno chino el miércoles.
Las declaraciones de la Oficina para Asuntos de Taiwán siguen a las del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, el fin de semana, cuando dijo que no se sentía "obligado por la política 'una China'" a menos que su país obtenga beneficios del gigante asiático comercio y otros sectores.
Según la política "una China", Estados Unidos reconoce a Beijing como la capital del país y mantiene solo relaciones extraoficiales con Taiwán, una excolonia japonesa que se separó de la china continental en la guerra civil de 1949.
Cualquier infracción de los principios de esta política "afectará seriamente la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán", señaló el portavoz, An Fengshan.
"La política 'una China' es un importante fundamento político para las relaciones entre China y Estados Unidos", explicó An a reporteros. "Si se perturba o socava ese pilar, no se podrá hablar de un desarrollo sano y estable de las relaciones entre Estados Unidos y China".
Trump sentó un precedente diplomático al mantener una conversación telefónica con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, el pasado 2 de diciembre en la que la mandataria lo felicitó por su triunfo electoral. El pasado fin de semana, el republicano dijo que podría aprovechar el reconocimiento de Washington hacia Beijing para lograr avances en comercio y otras áreas.
Estas palabras lo acercan peligrosamente al límite trazado por China, que no tolera el reconocimiento formal de Taiwán ni dudas sobre su reclamo de soberanía sobre la isla. La respuesta de Beijing hasta ahora ha sido bastante discreta, culpando principalmente a Tsai por realizar la llamada.
La última gran crisis sobre Taiwán tuvo lugar en 1995, cuando China organizó maniobras de guerra y pruebas de misiles cerca de la isla en respuesta a la visita del entonces presidente Lee Teng-hui a Estados Unidos, que fue interpretada por Beijing como un intento de consolidar el estatus de independencia de facto del país. La iniciativa china fue considerada un fracaso ya que Lee ganó las primeras elecciones presidenciales directas de la isla en 1996.
Estados Unidos y China son las dos mayores economías del mundo y su comercio bilateral de bienes y servicios rozó los 660.000 millones de dólares el año pasado.