Washington, 9 de diciembre, 2016 (Reuters). Scott Pruitt, el elegido por Donald Trump pata dirigir la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, combatió de forma constante las medidas del presidente Barack Obama para frenar el cambio climático mientras era fiscal general de Oklahoma.
Ahora espera desmantelar el legado medioambiental de Obama de dentro hacia fuera, una tarea que podría ser más difícil de lo que parece.
Expertos legales y exfuncionarios de la agencia (EPA, por sus siglas en inglés) dijeron que Pruitt podría apuntarse algunas victorias rápidas en enero, desechando regulaciones presentadas a toda prisa por el Gobierno de Obama durante sus últimos meses en el cargo, como un dictamen para reducir las emisiones de metano de la industria del petróleo y el gas.
Esto podría hacerlo gracias a la poco usada Ley de Revisión Congresional, que permite al Congreso eliminar estas normas "de medianoche" con una votación mayoritaria simple, algo que podría lograr con facilidad gracias al control republicano de las cámaras.
Sin embargo, las regulaciones que llevan más tiempo vigentes, aprobadas en su mayoría durante los dos mandatos de cuatro años de Obama, serán más difíciles de revertir, según expertos de ambos lados del arco político.
Para estas regulaciones, que incluyen el Plan de Energía Limpia, que insta a los estados a reducir su producción de carbono, Pruitt tendrá solo un puñado de opciones, ninguna de ellas fácil, y casi todas con el potencial de generar batallas legales contra grupos medioambientales bien financiados y los fiscales generales de estados controlados por los demócratas.
Los resultados de estas batallas tendrán amplio impacto en la industria estadounidense, la calidad del aire y el agua, así como el papel del país en el cambio climático global, que una mayoría abrumadora de científicos afirman que está provocando un aumento en los niveles del mar, de las sequías y de tormentas mucho más frecuentes y violentas.
Trump hizo campaña con la promesa de acabar con las regulaciones y liberar las perforaciones y la minería de carbón, algo que aseguró es posible sin comprometer la calidad del aire y el agua.
Dijo que en sus 100 primeros días en la Casa Blanca acabaría con el Plan de Energía Limpia, eliminaría "restricciones injustificadas" en la tecnología de fractura hidráulica para extraer petróleo, retiraría regulaciones "desfasadas" y sacaría al país de un pacto global para reducir el calentamiento del planeta.