Moscú, 1 de diciembre, 2016 (Reuters). El presidente de Rusia, Vladimir Putin, mostró el jueves un tono inusualmente conciliador en su discurso anual sobre el estado de la nación, diciendo que quiere llevarse bien con el próximo gobierno de Estados Unidos y hacer amigos, en lugar de enemigos.
Putin había usado discursos previos para atacar a Occidente y en particular a Estados Unidos, pero esta vez controló sus críticas y centró gran parte de su intervención en asuntos sociales y económicos locales.
"No queremos confrontaciones con nadie. No lo necesitamos. No estamos buscando y nunca hemos buscado enemigos. Necesitamos amigos", dijo Putin a la élite política rusa, congregada en uno de los grandes salones del Kremlin.
"Estamos dispuestos a cooperar con el nuevo gobierno de Estados Unidos. Tenemos una responsabilidad conjunta para garantizar la seguridad internacional", agregó. Cualquier cooperación entre Estados Unidos y Rusia debería ser beneficiosa para ambos, señaló.
Putin había hablado con anterioridad de su esperanza de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ayude a restaurar las tensas relaciones entre ambos países, y analistas indicaron que era improbable que usará más antioccidental antes de que Trump asuma el cargo en enero.
El líder ruso dijo que espera encontrar un terreno común con Washington en el combate contra el terrorismo global en particular. Este comentario hizo referencia a la situación en Siria, donde Moscú apoya al presidente Bashar al-Assad, mientras el gobierno saliente de Estados Unidos respalda a los rebeldes alzados en su contra.
Si bien el tono de Putin fue más suave de lo habitual, dejó claro que Rusia seguirá defendiendo con fuerza sus propios intereses. Tras quejarse de lo que calificó como "mitos" sobre las agresiones rusas o su interferencia en las elecciones de otros países. "Construiremos nuestro futuro sin los consejos de nadie más", declaró.
No obstante, el objetivo principal del discurso de Putin pareció ser el pueblo ruso. Su mensaje fue que lo peor de la crisis económica quedó atrás y había llegado la hora de mejorar los estándares de vida invirtiendo más en educación y salud.