WASHINGTON (AP) -- Malos perdedores. Así califican los colaboradores más estrechos de Trump a los demócratas por sus quejas de que Moscú hackeó sus correos electrónicos durante la campaña para sembrar discordia y volcar la elección hacia los republicanos.
Esto sucede en vísperas de la votación en el Colegio Electoral, que seguramente certificará el triunfo de Trump para que asuma el 20 de enero.
En Estados Unidos, el Colegio Electoral es el grupo de electores, escogidos por los votantes en cada uno de los estados el día de las elecciones, que se reúnen y seleccionan oficialmente al próximo presidente de Estados Unidos. La selección se hace por mayoría absoluta de votos (270) entre los 538 electores.
"Digamos que es cierto", dijo Reince Priebus, el próximo secretario general de la Casa Blanca, acerca de la intromisión rusa. "No hay pruebas que demuestren que el resultado de la elección cambió por causa de un par de decenas de emails de John Podesta que circularon por ahí".
El número de correos filtrados de Podesta, el jefe de campaña de Hillary Clinton, fue en realidad del orden de decenas de miles. Adicionalmente, sería difícil demostrar exactamente qué factores influenciaron a los votantes, pero los demócratas dicen que fue un ataque personal y una amenaza a la democracia.
"Esos mensajes se convirtieron en armas", dijo Donna Brazile, presidenta interina del Comité Nacional Demócrata. "La difusión de mensajes robados y pirateados provocó mucha confusión y desde luego, trastornó nuestra vida cotidiana en la campaña".
Los expertos en política exterior dicen que Rusia deseaba en parte vengarse por los años de críticas estadounidenses a sus elecciones y pintar al país como un campeón fallido de la democracia y con ello posiblemente restarle protagonismo en la escena mundial.
"Yo lo caracterizaría como una operación encubierta apenas disimulada para desacreditar las elecciones en Estados Unidos y permitir a los rusos comunicar al resto del mundo que nuestras elecciones son corruptas, incompetentes, amañadas o lo que sea y por lo tanto no más honestas que las de cualquier otro país, incluido el suyo", dijo Robert Gates, quien fue secretario de Defensa bajo los presidentes George W. Bush y Barack Obama.
Gates, quien ya no está en el gobierno pero se ha reunido en privado con Trump, dijo que no podía confirmar que Rusia intentaba ayudar al republicano.
Sin embargo, "creo que evidentemente apunta a desacreditar nuestras elecciones y por cierto a debilitar a la señora Clinton", añadió.
El equipo de transición y los leales a Trump en el Congreso no lo aceptan, al menos no en víspera de la votación del Colegio Electoral.
"¿Dónde están las pruebas?", preguntó Kellyanne Conway, también miembro del círculo íntimo de Trump.
En cuanto a la promesa de Obama de tomar represalias contra Rusia, Conway dijo: "Parece que el presidente sufre la presión del equipo Hillary, que no acepta los resultados de las elecciones. News from The Associated Press