WASHINGTON (AP) -- Algunos de los principales asesores del presidente Donald Trump se agruparon vía telefónica el viernes por la noche con el fin de preparar una respuesta al fallo del juez que suspendió la prohibición que la Casa Blanca había impuesto al ingreso de refugiados e inmigrantes.
El comunicado de la Casa Blanca censuró la decisión del magistrado como "escandalosa". Sin embargo, los abogados del mandatario rápidamente objetaron esa expresión, según un funcionario de la residencia presidencial. Unos 10 minutos después, fue emitido un nuevo comunicado sin esa descripción acalorada sobre el fallo.
Pero las advertencias de los abogados no parecen haberle llegado al presidente. El sábado en la mañana, Trump arremetió en Twitter contra el "supuesto juez" y calificó su fallo de "ridículo".
Horas después, el mandatario publicó otro tuit: "¿A dónde va nuestro país cuando un juez puede suspender una prohibición a los viajes impuesta por el Departamento de Seguridad Nacional y cualquiera, incluso alguien con malas intenciones, puede ingresar a Estados Unidos?"
El episodio ilustró la poca capacidad que cualquiera en la Casa Blanca tiene en lo que respecta a contener al presidente, sean sus abogados, sus colaboradores o su familia. Ni siquiera en momentos en que los puntos de vista de Trump sobre la independencia del poder judicial pudieran complicar la próxima ratificación del juez que él ha propuesto para la Corte Suprema, la cual posee uno de los controles finales sobre el poder presidencial.
El senador Chuck Schumer, el demócrata de más alto rango en el Senado, dijo el sábado que Trump, en su tuit, "muestra un desdén por la independencia del poder judicial" y "eleva aún más los requisitos a cubrir" para la ratificación del juez federal de apelaciones Neil Gorsuch, a quien el mandatario propuso como magistrado para la Corte Suprema.
"La capacidad de él para ser un control independiente será prioritaria durante el proceso de ratificación", afirmó Schumer en referencia a Gorsuch.
Aunque presidentes anteriores han manifestado públicamente su inconformidad con fallos judiciales, las críticas personales hacia un juez son inusuales. La independencia del poder judicial está consagrada en la separación de poderes prevista en la Constitución, y se supone que los jueces tienen la libertad de resolver casos de manera imparcial y sin presiones políticas de ningún tipo.
En 2008, el presidente George W. Bush dijo que estaba en desacuerdo con un fallo de la Corte Suprema que ratificó los derechos de los prisioneros en la base estadounidense en Bahía de Guantánamo, en Cuba, pero señaló que su gobierno "acataría la decisión de la corte".
En su discurso sobre el Estado de la Unión de 2010, el presidente Barack Obama rechazó la decisión de la Corte Suprema en el caso del grupo Citizens' United sobre la regulación a los gastos de campaña por parte de organizaciones, aunque al inicio de sus declaraciones dijo que sus críticas eran "con todo el debido respeto a la separación de poderes". AP