Londres, 16 mar (EFE).- El enfrentamiento verbal entre Theresa May y la nacionalista escocesa Nicola Sturgeon sobre otro referéndum de independencia subió hoy de tono después de que la primera ministra británica dejase claro que no aceptará una nueva consulta en Escocia antes de que se acuerden los términos del "brexit".
La conservadora May no descartó por completo un referéndum en el futuro, pero rechazó el calendario de la líder independentista, que quiere sacar las urnas a la calle entre el otoño de 2018 y la primavera de 2019, antes de la fecha prevista para que el Reino Unido lleve a cabo su salida de la Unión Europea (UE).
"Ahora no es el momento", zanjó hoy en una entrevista televisiva la primera ministra, que desea que Londres y Edimburgo trabajen "unidos" en los próximos años para lograr un "acuerdo adecuado" con Bruselas.
"Cuando el Gobierno del Partido Nacionalista Escocés dice que es el momento de comenzar a hablar sobre un segundo referéndum de independencia, yo digo que en este punto todas nuestras energías deberían estar centradas en las negociaciones con la Unión Europea", dijo May en el canal ITV.
El ministro para Escocia del Gobierno británico, David Mundell, concretó la postura oficial del Ejecutivo al asegurar que la petición que el Parlamento de Holyrood (Edimburgo) espera aprobar la próxima semana para convocar un plebiscito "será rechazada en esta ocasión".
Para el Partido Nacionalista Escocés (SNP), bloquear un referéndum en el calendario acordado en Edimburgo constituiría un "ultraje democrático", según describió el portavoz oficial de Sturgeon.
La cámara autonómica, donde el SNP puede sumar la mayoría de los votos si cuenta con el respaldo del Partido Verde, evaluará el próximo miércoles si respalda enviar esa petición a Westminster, que en último término debe dar su consentimiento para una consulta vinculante.
"Abordar el asunto en este momento sería injusto, porque la gente no tendría la información necesaria para tomar esa decisión crucial", argumentó May, que antes de fin de mes espera activar las complejas negociaciones de dos años sobre la salida del Reino Unido de la UE.
La perspectiva de que Escocia se vea obligada a abandonar la UE y el mercado único, a pesar de que en la región se impuso la permanencia en el bloque con el 62 % de los votos en junio, ha impulsado a Sturgeon a promover un nuevo referéndum.
En septiembre de 2014, los independentistas perdieron una primera consulta en la que el 55,3 % de los escoceses que votaron se decantaron por continuar en el Reino Unido.
Ante la posible negativa del Gobierno británico a aceptar un nuevo plebiscito, la líder nacionalista instó a May a "respetar" el mandato que salga de la cámara autonómica y "otorgar a los escoceses la oportunidad de elegir su propio futuro".
Sturgeon defiende que los escoceses deben tener la oportunidad de elegir su futuro "antes de que sea demasiado tarde", en vistas a que el Reino Unido estará fuera del club europeo pasado el primer trimestre de 2019.
"Sabemos que el cambio está llegando. El referéndum sobre la UE del año pasado ha hecho que ese cambio sea inevitable. Sabemos que los 'tories' nos quieren arrastrar hacia el precipicio de un 'brexit' duro", afirmó la ministra principal.
"Creo que los escoceses no deberían simplemente aceptar que el Gobierno conservador dicte cómo debe ser su futuro", argumentó la líder del SNP.
Pete Wishart, portavoz del SNP en la Cámara de los Comunes, señaló por su parte que Westminster estaría "desafiando" la democracia si se niega a cumplir una petición de Edimburgo sobre otro referéndum.
"Si este Gobierno piensa solo por un minuto en interponerse en el camino de la democracia escocesa, eso constituiría el mejor reclamo posible para la causa de la independencia", argumentó Wishart.
El ex ministro principal escocés Alex Salmond puso en duda por su parte que "una primera ministra sin mandato (May relevó a David Cameron sin pasar por las urnas) y una débil mayoría en los Comunes pueda detener lo que se decida en el Parlamento escocés". Mundo