Miami (EE.UU.), 13 abr (EFE).- El presidente de EE.UU., Donald Trump, es esperado hoy en Palm Beach (sureste de Florida), donde descansará los próximos días en su club privado Mar-a-Lago y las peticiones de que reembolse los gastos que acarrea su seguridad se han redoblado.
Se trata de la séptima visita que Trump hace a Palm Beach desde que el 20 de enero juró como presidente y sigue a la realizada la semana pasada, durante la cual celebró una cumbre bilateral con su colega chino, Xi Jinping.
Como cada vez que visita su amplia propiedad frente al Atlántico, a la que ha dado el título de "Casa Blanca de invierno", los medios de Palm Beach y su vecina West Palm Beach recuerdan el coste que están teniendo estas escapadas de Trump para los contribuyentes y la necesidad de un reembolso por parte de las autoridades.
"El presidente Donald Trump está previsto que llegue hoy para otro fin de semana largo en su propiedad Mar-a-Lago en Palm Beach. El gasto estimado que han hecho las instituciones locales para protegerle ya se acerca a los 3,7 millones de dólares", señaló hoy el medio digital My Palm Beach Post.
El Palm Beach Daily News resalta por su parte que a las 20.00 hora local se cerrarán al tráfico las calles adyacentes a Mar-a-Lago por la llegada del presidente, apuntando así a otro motivo de queja entre los residentes en Palm Beach, una isla paradisiaca unida al continente por varios puentes.
Las molestias que ocasionan las medidas de seguridad que rodean a Trump a los por lo general ricos residentes de Palm Beach son otro capítulo de quejas, aunque menos aireado que los perjuicios económicos que sufre el aeropuerto de Lantana y las empresas alojadas en sus instalaciones cada vez que el presidente descansa en Mar-a-Lago, pues tiene que dejar de operar por completo.
El congresista por Florida Ted Deutch publicó una declaración con motivo de la nueva visita de Trump en la que afirma que es "irracional e injusto" esperar que los contribuyentes de Palm Beach paguen la cuenta cada vez que el presidente decide viajar a Mar-a-Lago.
Deutch señaló que lo que Trump alguna vez denominó "Casa Blanca de invierno" se ha convertido en la nueva "Casa Blanca de fin de semana".
"El Congreso debe reembolsar los gastos al condado de Palm Beach y asegurar suficientes fondos para en el futuro cubrir estos costes si el presidente no lo hace", señaló Deutch.
Los medios de Palm Beach se hacen eco también de otros aspectos menos controvertidos de la visita de Trump, como que será el segundo presidente que celebrará la Pascua de Resurrección en la isla.
En 1963, solo unos meses antes de que fuera asesinado en Dallas en noviembre de ese año, John F. Kenney y su esposa Jackie estuvieron por Pascua en Palm Beach y asistieron a una misa en la casa que el padre del entonces presidente tenía en la isla, además de navegar en un yate, como muestran las fotografías publicadas hoy por My Palm Beach Post.
También publicó un vídeo en el que se ve a Kennedy en la playa y al fondo Mar-a-Lago y también en un baño con sus dos hijos en una piscina e imágenes de la casa que alquiló en Palm Beach para esas vacaciones en la que se ve a Jackie en el desayuno.
El Palm Beach Dayly News, por su parte, dedicó un reportaje a los tres refugios antibombas que hay en Mar-a-Lago.
Marjorie Merriweather Post, la heredera de una rica familia de cerealeros que fue quien mando construir Mar-a-Lago en 1927, ordenó hacer los refugios en los años 50 durante la guerra de Corea.
Trump, que precisamente trató la semana pasado con su colega chino Xi el peligro de que Corea del Norte siga adelante con su carrera armamentística, compró la propiedad en 1985 y la convirtió en un club privado, donde además tiene su residencia. EFE Internacionales