La primera ministra británica , Theresa May, cumple su primer año al frente del Gobierno, etapa en la cual ha activado el "brexit" y ha sufrido cuatro ataques terroristas, el trágico incendio de un edificio en Londres, con un balance de 80 muertos y la pérdida de la mayoría absoluta en las elecciones generales.
El 13 de julio de 2016, May se hizo con el poder tras la dimisión del entonces "premier" conservador David Cameron, a consecuencia del resultado adverso del referéndum del 23 de junio de ese año, en el que el Reino Unido votó por salir del bloque comunitario (Cameron había defendido la permanencia del país en la UE).
Desde entonces, la segunda primera ministra del Reino Unido después de la fallecida Margaret Thatcher, y considerada hace un año la heredera de la "Dama de Hierro" (como se conocía a Thatcher), ha ido perdido fuelle en una carrera llena de desafíos de los que no salió bien parada.
Entre ellos, gobernar en minoría desde el pasado 8 de junio cuando, por decisión propia, decidió someterse a las urnas para reforzar su posición en el Parlamento británico ante la futura ruptura con Bruselas, un proceso en el cual May se mostró dispuesta a abandonar el mercado único de la UE a cambio de ejercer un férreo control sobre la inmigración.
El reto del "divorcio" con la UE
Este "brexit duro" se le escurrió de las manos, atadas por miembros de su propio partido cada vez más propensos a alcanzar acuerdos con la UE, cuyos miembros se han unido y reforzado, ante lo que perciben como una "amenaza británica".
Su campaña electoral con recortes en políticas sociales frente al mensaje antiausteridad del laborista Jeremy Corbyn, le llevaron a perder la mayoría absoluta y a establecer un acuerdo "de supervivencia" parlamentaria con el Partido Unionista Democrático (DUP) norirlandés, a cambio de 1.700 millones de euros de financiación adicional para Irlanda del Norte.
Ahora, May debe afrontar retos tan arduos como la factura del divorcio con Bruselas, cifrada en unos 100.000 millones de euros, los derechos de los ciudadanos comunitarios en suelo británico o la frontera con Irlanda, en un marco de debilidad y rodeada de críticos que, en cualquier momento, pueden rebelarse contra ella.
Activado ya el artículo 50 del Tratado de la UE e iniciadas las negociaciones con el bloque, May se muestra accesible y humilde, después de definirse como una "mujer extremadamente difícil", y ahora está dispuesta a consensuar un "brexit" a la medida de todos.
De hecho, esta semana pronunció un discurso que coincidió con su aniversario en el Gobierno, en el cual pidió colaboración y apoyo de los otros partidos en estos momentos de dificultad, en un intento de que no pongan escollos a las leyes necesarias para salir del bloque comunitario.
Escollos políticos y cuatro atentados
Pero no fueron solo decisiones políticas las que han plagado de infortunios los primeros pasos de May en el Gobierno.
Cuatro atentados terroristas en apenas tres meses pusieron en tela de juicio la actuación de la exministra de Interior, de quien se han criticado mucho sus recortes en materia de seguridad.
Prometer después que estaba dispuesta a modificar incluso las leyes sobre derechos humanos para combatir el extremismo no impidió que numerosas voces pidieran su dimisión.
Por si eso no bastara, al menos 80 personas fallecieron el pasado 14 de junio en una torre de apartamentos en el centro de Londres, que ardió más fácilmente al estar recubierta de un material altamente inflamable prohibido en el Reino Unido, pero que fue aplicado para ahorrar costes.
Y pese a que la economía del Reino Unido resistió a los primeros embates del "brexit" y a la fuerte depreciación de la libra esterlina, los resultados económicos han empezado a dañar la confianza y el nivel de gasto de los consumidores.
¿Un "milagro" para May?
No es fácil celebrar un primer año de gobierno mientras la sociedad británica especula con que podría ser el último para May, y al tiempo que los medios de comunicación debaten a diario sobre su fecha de caducidad, achacando la supervivencia de la "premier" a que nadie tiene ganas de arrebatarle el liderazgo en un momento tan complicado.
"Yo os metí en este lío y yo voy a sacaros de él", declaró May en una reunión privada con los "tories", donde se percibió la situación agónica de la veterana política, hija de un vicario de la Iglesia de Inglaterra, a la que solo podría salvar -irónicamente- un verdadero "milagro". euroefe