EL CAIRO (Reuters) - El presidente de Egipto, Abdel Fattah al-Sisi, ordenó el miércoles a su comando militar que use toda la fuerza necesaria para asegurar la península de Sinaí en los próximos tres meses, luego de un ataque de extremistas a una mezquita la semana pasada que dejó más de 300 muertos.
Ningún grupo se adjudicó la responsabilidad del ataque del viernes, el peor atentado en la historia moderna egipcia, en el que según las autoridades hombres armados que portaban banderas de Estado Islámico abrieron fuego tras hacer estallar un explosivo dentro de una mezquita repleta de fieles.
Las fuerzas egipcias combaten desde hace años a grupos aliados de Estado Islámico (EI) en el norte de Sinaí, donde los militantes han matado a cientos de policías y soldados. El atentado de la semana pasada implicó un cambio en la estrategia de ataque de los extremistas en esa región.
“Es nuestra responsabilidad asegurar y estabilizar Sinaí dentro de los próximos tres meses”, dijo Sisi durante la designación de su nuevo jefe de Gabinete, en un discurso en el que no brindó detalles de ninguna operación. “Pueden usar toda la fuerza bruta necesaria”, agregó el presidente.
Wilayat, filial de EI en Sinaí, se ha adjudicado algunos de los ataques más letales en Egipto. El grupo se formó en 2014 con excombatientes de un grupo yihadista local y ha estado realizando ataques contra las fuerzas de seguridad por más de tres años.
Sinaí se ha convertido en uno de los últimos bastiones de EI después de sus derrotas militares en Irak y Siria.
Sacar a los militantes del norte de Sinaí, una zona desértica rodeada por el Canal de Suez, la Franja de Gaza e Israel, ha resultado una tarea muy compleja para el Ejército egipcio, que está más habituado a los conflictos armados convencionales que a la contrainsurgencia.
Líderes tribales en Sinaí, algunos de los cuales cooperan con los militares en materia de inteligencia, dicen que los militantes son apenas 800, en su mayoría egipcios pero también palestinos. Sinaí