WASHINGTON (AP) — En su discurso ante una nación profundamente dividida, el presidente Donald Trump hizo un llamado el martes para un “nuevo momento de estadounidense” de unidad y desafió a los legisladores a cumplir añejas promesas de arreglar un sistema migratorio peligrosamente fracturado, al advertir de fuerzas malignas externas que buscan socavar el estilo de vida del país.
El discurso del Estado de la Unión de Trump fue una mezcla de autocomplacencia y llamados por permanecer optimistas en medio de una creciente economía, combinado con las sombrías advertencias sobre las pandillas letales, el azote de las drogas y los violentos inmigrantes que viven ilegalmente en Estados Unidos.
Proyectó el debate migratorio — un tema que desde hace tiempo ha animado a sus más fervientes simpatizantes — como una batalla entre héroes y villanos, y elogió la labor de un agente migratorio que arrestó a más de 100 pandilleros y rindió tributo a los familiares de dos supuestas víctimas de la violencia de pandillas.
También habló de manera premonitoria de los peligros catastróficos que provienen del extranjero y advirtió que Corea del Norte podría amenazar “muy pronto” a Estados Unidos con misiles con ojivas nucleares.
“Estados Unidos es una nación compasiva. Nos enorgullece hacer más que cualquier otro país por ayudar a los necesitados, los que están en problemas y los menos privilegiados de todo el mundo”, dijo Trump. “Pero como presidente de Estados Unidos, mi máxima lealtad, mi mayor compasión y mi preocupación constante son los niños estadounidenses, los trabajadores estadounidenses en problemas y las comunidades olvidadas de Estados Unidos”.
Trump habló en medio de fuertes tensiones en el Capitolio. Un estancamiento en materia migratoria provocó una parálisis en las operaciones del gobierno durante tres días a principios de este año, y los legisladores no parecen estar más cerca de resolver el estatus de los “dreamers” — los jóvenes que fueron traídos ilegalmente al país durante su infancia — antes del plazo del 8 de febrero cuando vence nuevamente el financiamiento de las operaciones federales.
Los partidos también se han enfrentado esta semana respecto a los planes de los republicanos en la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes por difundir un memo confidencial sobre la investigación entre Rusia y la campaña presidencial de Trump, una decisión con la que la Casa Blanca está de acuerdo pero no así el Departamento de Justicia.
Las controversias que han asediado a Trump — y las que él mismo ha creado — han ensombrecido las sólidas ganancias económicas durante su primer año de gobierno. Su índice de aprobación se han mantenido alrededor del 30% durante gran parte de su presidencia, y solo tres de cada 10 estadounidenses dijo que el país camina en la dirección correcta, de acuerdo a una encuesta de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research. En ese mismo sondeo, el 67% de los estadounidenses dijo que el país está más dividido a causa de Trump.
Por momentos, el discurso de Trump parecía más dirigido a validar su primer año de gobierno en lugar de delinear los planes para el segundo. Le dedicó mucho tiempo a jactarse de la reforma fiscal que firmó a finales del año pasado, y prometió que el plan “brindará tremenda ayuda para la clase media y la pequeña industria”. También resaltó la decisión que tomó a principios de su primer año de retirar a Estados Unidos del acuerdo comercial Asia-Pacífico, al declarar: “Terminó por completo la era de la rendición económica”.
Habló de la agenda potencial de 2018 en términos generales, incluyendo un llamado para obtener 1,5 billones de dólares para gastos de nueva infraestructura y alianzas con los estados y el sector privado. Apenas tocó temas con cuidados de salud que han sido parte central de la agenda política republicana durante años. Estado de la Unión