Seúl, 26 abr (EFE).- Las dos Coreas encaran mañana, 27 de abril, su primera cumbre en once años, tras las dos reuniones al máximo nivel de 2000 y 2007 en las que no se logró poner fin a la tensión en la península ni a los programas armamentísticos del Norte.
El presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, se encontrarán en Peace House, un pabellón del lado sur de la Zona de Seguridad Conjunta (JSA), el único punto de la militarizada frontera en el que sus soldados se ven las caras.
Hasta la fecha sólo se han producido dos reuniones de mandatarios de las dos Coreas, ambas en Pyongyang durante el decenio de la llamada era de "la política del sol", que marcó la fase de mayor acercamiento hasta el momento.
Los protagonistas de estos encuentros fueron el entonces mariscal norcoreano y padre del actual líder, Kim Jong-il, y los mandatarios surcoreanos Kim Dae-jung (2000) y Roh Moo-hyun (2007).
PRIMERA CUMBRE: JUNIO DE 2000
La primera reunión de la historia entre mandatarios de ambos países fue propuesta por Seúl, que desde la llegada al poder del presidente Kim Dae-jung en 1998 había promovido una política de acercamiento y reunificación con el país vecino.
El encuentro se anunció en un momento en que el Norte padecía una hambruna sin precedentes y tras varios meses en los que representantes norcoreanos habían viajado con insistencia al exterior para pedir ayuda económica y humanitaria.
Un mes antes de la histórica cita, Kim Jong-il viajó en secreto hasta Pekín, se cree que para consultar con su aliado la esperada reunión, en un movimiento muy parecido al que su hijo, Kim Jong-un, efectuó a finales de este mes de marzo.
El cara a cara entre Kim Jong-il y Kim Dae-jung arrancó en la capital norcoreana el 13 de junio de 2000, en la residencia de Huéspedes de Estado Paekhwawon, y concluyó tres días después con un acuerdo pionero para buscar la unificación de la península tras casi cinco décadas de separación por la guerra civil.
Además de este objetivo a largo plazo, ambos bandos se comprometieron a rebajar tensiones militares para lograr la paz, a permitir la reunión de las familias rotas por la división forzosa de la península, y a la cooperación económica, social y cultural.
Como muestra del acercamiento, Kim Jong-il aceptó una invitación para celebrar otra cumbre, esta vez en Seúl, que nunca se produjo.
Sin embargo, las negociaciones paralelas entre el régimen y Washington no terminaban de cuajar, ante la negativa del Norte a poner fin a sus exportaciones de misiles y la de Estados Unidos a retirar su tropas del Sur.
El proceso de conciliación se torció aún más con la llegada a la Casa Blanca en 2001 de George W. Bush, quien impuso una política dura hacia Pyongyang que provocó la suspensión de varias reuniones intercoreanas y que se intensificó tras los atentados terroristas del 11 de septiembre.
LA SEGUNDA CUMBRE: OCTUBRE DE 2007
La segunda y hasta el momento última cumbre intercoreana tuvo lugar entre el 2 y el 4 de octubre de 2007 nuevamente en la capital norcoreana, en un momento de tensión por el programa nuclear de Pyongyang, que un año antes había realizado su primer test atómico.
El nuevo encuentro estuvo precedido de intensos contactos diplomáticos entre las seis bandas implicadas en el proceso de desnuclearización de la península (las dos Coreas más EEUU, China, Rusia y Japón).
Todas estas partes habían alcanzado en 2005 un pacto para que Pyongyang abandonara su programa armamentístico nuclear a cambio de cuantiosas ayudas económicas y de recursos energéticos, y de poner fin a su aislamiento diplomático.
La reunión entre Kim y Roh se saldó con una declaración conjunta de ocho puntos que incluía cumplir lo acordado en 2005 para alcanzar la desnuclearización, una mayor cooperación económica, avanzar en el diálogo y la búsqueda de un tratado de paz.
Pero estos compromisos quedaron en el aire después de que el Norte realizara una serie de ensayos nucleares y de misiles, y con la llegada al poder del Sur en 2008 el conservador Lee Myung-bak, quien adoptó una postura mucho más dura con el país vecino. EFE