BUNNIK, Holanda, 24 mayo (Reuters) - Fiscales holandeses identificaron el jueves a una unidad militar rusa como la fuente del misil que derribó al vuelo 17 de Malaysia Airlines sobre Ucrania oriental en 2014, en el que murieron las 296 personas a bordo.
El avión que viajaba desde Ámsterdam a Kuala Lumpur fue alcanzado por un misil antiaéreo “Buk” de fabricación rusa el 17 de julio de 2014 sobre territorios controlados por separatistas prorrusos. No hubo sobrevivientes y dos tercios de los fallecidos eran holandeses.
“El Buk que fue usado provino del Ejército ruso, la brigada 53”, dijo a Reuters el fiscal jefe holandés, Fred Westerbeke. “Sabemos que fue usado eso, pero no sabemos la gente que estuvo a cargo de este Buk”, agregó.
Los investigadores llamaron al público a colaborar y ayudar a identificar a miembros del equipo que operó el misil y determinar qué tan alto en la cadena de mando se originó la orden.
“La Federación Rusa no nos ayudó en la entrega de la información que presentamos hoy”, comentó Westerbeke. “Ellos no nos dieron esta información, aunque fue usado un Buk de sus fuerzas militares”, agregó.
Rusia reiteró el jueves que no tuvo relación alguna con el incidente. “Ningún lanzador de misiles de la defensa área de las Fuerzas Armadas Rusas ha cruzado jamás la frontera entre Rusia y Ucrania”, dijo en un comunicado la agencia de noticias rusa TASS, citada por el Ministerio de Defensa.
Los fiscales mostraron fotografías y videos de una caravana de camiones que llevaban el sistema mientras cruzaba la frontera desde Rusia a Ucrania y varios días después cruzó de vuelta con un misil faltante.
El primer ministro holandés, Mark Rutte, interrumpió un viaje a la India y volvió a tiempo para una reunión de gabinete el viernes para discutir los más recientes hallazgos en la investigación.
La Junta de Seguridad Holandesa concluyó en un informe en octubre de 2015 que el avión Boeing 777 fue alcanzado por un misil Buk de fabricación rusa. Reuters
Foto - Restos de un misil dañado exhibido en una rueda de prensa organizada por miembros de una Junta de Investigación Conjunta en Bunnik, Holanda, mayo 24, 2018. REUTERS/Francois Lenoir