LONDRES/BRUSELAS (Reuters) - La estrategia para el Brexit de la primera ministra británica, Theresa May, recibía el lunes ataques desde todos los bandos, lo que aumentaba el riesgo de que su plan para que Reino Unido salga de la UE sea rechazado por el Parlamento.
A menos de cinco meses para que Reino Unido salga de la Unión Europea el 29 de marzo, los negociadores todavía no han acordado un plan para la frontera terrestre entre el territorio británico de Irlanda del Norte e Irlanda, un país miembro de la UE.
El plan para el Brexit propuesto por May, que busca que Reino Unido abandone la UE pero mantenga estrechos lazos comerciales con el bloque, enfrenta la oposición de los partidarios del Brexit, de los proeuropeos, de un partido de Irlanda del Norte del que depende su mayoría parlamentaria e incluso de algunos de sus propios ministros.
Cuando se le preguntó si había alguna posibilidad de que el plan pueda aprobarse en el Parlamento, la exministra de Educación Justine Greening, quien apoyó la permanencia de Londres en la Unión Europea, dijo que “no”.
“Creo que es el peor de los mundos”, dijo Greening a la radio BBC. “Nos deja con menos influencia, menos controles sobre las reglas que debemos seguir”.
La libra esterlina cayó a un mínimo de una semana y media, a 1,2841 dólares, en medio de un fortalecimiento del dólar y crecientes dudas sobre la capacidad de May para lograr un acuerdo sobre el Brexit.
Operadores bursátiles, en tanto, aludían a un artículo publicado en el diario The Independent que indicaba que May se había visto obligada a cancelar una reunión de emergencia del gabinete para aprobar un borrador del acuerdo. Una fuente del Gobierno dijo más tarde que no había programada para el lunes ninguna reunión del gabinete.
Economistas consultados por Reuters la semana pasada dijeron que sigue habiendo una posibilidad entre cuatro de que Londres no logre llegar a un acuerdo con Bruselas sobre los términos de salida.
Ambas partes necesitan un acuerdo para mantener el intercambio de bienes entre el bloque comercial más grande del mundo y la quinta economía mundial. Sin embargo, May ha hecho múltiples esfuerzos para que el comercio no se vea dañado o para alienar a los diputados que, en última instancia, decidirán el destino de cualquier pacto.
Si bien May se ha enfrentado durante meses a una feroz oposición de los diputados que apoyaron el Brexit, que argumentan que la primera ministra ha traicionado el resultado del referéndum al buscar lazos tan estrechos con la UE, ahora también se enfrenta a una creciente presión de los proeuropeos. Reuters