WASHINGTON (AP) — El primer encuentro entre Donald Trump y el liderazgo legislativo demócrata generó un asombroso espectáculo en la Oficina Oval que reveló lo mal preparado que está el presidente para hacer frente al peor reto de su presidencia.
Allí estaba Trump, sentado entre dos legisladores de mucha trayectoria, repitiendo su pedido de fondos para construir un muro en la frontera con México, mientras Nancy Pelosi, líder del bloque demócrata en la Cámara de Representantes, y Chuck Schumer, líder del bloque demócrata en el Senado, primero con suavidad y luego con más fuerza rechazaban esa solicitud.
La hostil conversación del martes, que fue televisada, ofreció un vistazo a lo que se puede esperar en los próximos dos años. Las bravuconerías y provocaciones que son un sello distintivo del presidente, tropezaron contra la resistencia de los demócratas, los llamados a declarar y la paralización que se anticipan con el inicio de una nueva sesión del Congreso en la que los demócratas tendrán mayoría en la cámara baja. Después de dos años con un Congreso controlado por los republicanos, Trump comprobó que, por duros que hayan sido los dos primeros años, los dos siguientes serán mucho más complicados todavía.
Marcó el inicio de lo que puede ser un avance de lo que se viene. Cuando Trump invitó a los periodistas a una reunión privada con Pelosi y Schumer, los demócratas adoptaron su estilo: se mofaron, lo provocaron y sermonearon al mandatario, dejando en claro que se proponían hacerle probar la receta que él ha estado dando desde que llegó a la Casa Blanca.
“Las elecciones tienen consecuencias, señor presidente”, le dijo Schumer después de que se le recordó a Trump que los demócratas controlaban ahora la cámara baja.
Fue una nueva realidad para Trump, que todavía lamenta la derrota de su partido en las elecciones del 6 de noviembre, y quedó la sensación de que al presidente la cuesta aceptar el nuevo estado de cosas. Su pedido de dinero para el muro no tuvo eco alguno en las personas que va a necesitar para hacer cumplir sus prioridades.
Pelosi declaró luego a la prensa que “no quería contradecir al presidente una y otra vez en público”. Pero, agregó, “si eso es lo que quiere, eso es lo que habrá que hacer”.
El encuentro no fue pensado para que se llegue a un acuerdo que mantenga funcionando las dependencias del gobierno pasado el 21 de diciembre. El propio presidente lo admitió. Para Trump fue una oportunidad de hacerle saber lo que piensa a la población. Los demócratas pidieron negociar en privado, pero luego lo aguijonearon en público.
Desde el mismo arranque surgieron diferencias. Pelosi le dijo a Trump que el electorado espera que el gobierno siga funcionando. “No debería haber una paralización por Trump”, acotó.
“¿Dijo Trump?”, preguntó el mandatario, tras lo cual ambos discutieron sobre el recuento de votos y se hizo evidente el desinterés de Trump en el proceso legislativo. Trump y Schumer debatieron sobre temas políticos.
En lugar de buscar un acuerdo negociado, Trump trató de forzar a los demócratas a que acepten el muro tal cual lo plantea él. Los demócratas no cedieron.
La reunión no hizo sino aumentar los temores de personal de la Casa Blanca y de algunos de los aliados de Trump en el Congreso en el sentido de que el mandatario no está preparado para negociar acuerdos en medio de tanta división ni para lidiar con las investigaciones de sus manejos y los de su gobierno que seguramente impulsarán los demócratas.
Cuando Trump dijo que se sentiría “orgulloso” de paralizar el gobierno en nombre de la seguridad en la frontera, hizo un pronunciamiento que será recordado por años.
Pelosi dijo posteriormente que Trump habló tanto del muro en la frontera que parece “algo relacionado con la masculinidad para él”. Ese comentario fue revelado por un colaborador que estuvo en el encuentro pero no estaba autorizado a hablar del tema, a condición de no ser identificado. Pelosi aseguró también que Trump insistió en que México pagará por el muro.
Los demócratas lucen casi exasperados por Trump, quien, después de gobernar por dos años, da la impresión de que sigue sin entender cómo funciona el Congreso y no puede mantener su palabra y sellar un acuerdo.
“Tenemos que hacerle comprender la realidad del Congreso”, declaró el senador demócrata Dick Durbin. “A veces me pregunto si tiene a su alrededor alguien que se lo explique”.
Trump piensa que sus actitudes duras hacia la inmigración ilegal le abrieron las puertas a la presidencia en el 2016 e insistió en el tema en las elecciones de mitad de término este año. Una consulta de VoteCast para AP, no obstante, indicó que este año hubo más gente que se opuso al muro que la que lo apoyó.
“Si se paraliza el país, lo asumo, porque se paralizaría en nombre de la seguridad en la frontera y considero que gano en eso todas las veces”, diría Trump más tarde.
Los demócratas, por su parte, dejaron en claro que están dispuestos a plantársele firme a Trump, en una charla llena de rencor que puede haber sido un augurio poco alentador para el nuevo Congreso. AP
Foto: De izq. a der., la líder del bloque demócrata en la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, el vicepresidente Mike Pence, el presidente Donald Trump y el líder del bloque demócrata en el Senado Chuck Schumer fotografiados durante la reunión que sostuvieron en la Oficina Oval en la Casa Blanca el martes 11 de diciembre de 2018 en Washington. (AP Foto/Evan Vucci)